El último estudio de la OCU revela uno de los datos más interesantes desde que comenzase el confinamiento. Si tenemos en cuenta que la harina es uno de los productos más demandados en los supermercados, saber cuál es la mejor marca puede ser clave. También en lo que a este producto se refiere hay algunas marcas blancas que destacan por su calidad.
La harina de la marca blanca de El Corte Inglés, Aliada Especial repostería (0,84 €/kg) es una de las tres mejores harinas para repostería. También destaca la calidad de la harina de la marca blanca de las tiendas del grupo Ifa, Ifa Eliges Especial para cocina y condimentación (0,43 €/kg). En lo que a marca de fabricante se refiere, sobresale Harimsa Ideal para cocina y repostería (0,90 €/kg).
La especificación ‘repostería’ implica unas cualidades especiales en el producto, aunque la harina de Aldi, La Villa Harina de trigo (0,43 €/kg), es recomendable para repostería aunque sea normal.
Las características que han llevado a estas harinas a vencer entre una decena de marcas son muy concretas. Además de su etiquetado, la calidad de la harina (humedad, gluten, proteínas, grasa, fibra, granulometría) y su comportamiento -fuerza, tenacidad, extensibilidad, equilibrio y viscosida-, son algunos de los factores que entran en juego. Y aunque todos los productos seleccionados superaron las pruebas, varios de ellos destacaron frente al resto.
HARINA INTEGRAL: MÁS JUGOSA Y OTRO SABOR
Con esta harina los resultados no son muy distintos a los obtenidos con las harinas para repostería. De hecho, los bollos resultan más jugosos, consecuencia natural de su alto contenido en fibra: un 10% de media frente a un 3% de las harinas para repostería y al 4% de las harinas normales.
Del mismo modo, son ligeramente más ricas en grasas insaturadas, lo que también las convierte en harinas más saludables. En su contra, que el bollo sube menos y el sabor es ligeramente distinto, que no peor al que estamos acostumbrados. Entre las analizadas la mejor para repostería es la harina Gallo de grano entero de trigo (1,14 €/kg).
ASÍ DEBES CONSERVAR LA HARINA
La harina debe guardarse en un sitio fresco, seco y aislado del suelo. Y mantenerse idealmente por debajo de 20 ºC. Además, una vez abierto el envase, deberá consumirla antes de tres meses.
Por cierto, la presencia de gluten en las harinas no debería suponer un obstáculo para consumirlas, ya que esta proteína solo causa problemas gastrointestinales en personas celíacas. Es más, los cereales, como el trigo de las harinas, son la base de nuestra dieta y mejor si son cereales integrales de grano entero.