Erik Larson para Bloomberg
Google fue acusado de pagarle más dinero a los hombres que a las mujeres. Esto pone al gigante de Internet en la creciente lista de compañías tecnológicas que han sido demandadas por discriminación de género.
Tres mujeres que trabajaron en Google en años recientes introdujeron una demanda ante la Corte Suprema de San Francisco, alegando que la compañía continúa pagándole a las mujeres menos que a los hombres en cargos similares, según una copia de la denuncia difundida por su abogado. La petición no pudo ser verificada inmediatamente en los archivos de la oficina judicial.
El caso se hace público en un momento en que la industria de las telecomunicaciones ha estado bombardeada por cargos de sexismo y acoso sexual. Microsoft y Twiter fueron demandados en 2015 por mujeres ingenieras que alegaban que los hombres recibían mejores salarios.
La industria ha estado inundada de denuncias de sexismo y acoso sexual
Ese mismo año, Ellen Pao hizo pública la cultura de dominación masculina que existe en Silicon Valley durante un juicio que la enfrentó con la firma de capital de riesgo Kleiner Perkins Caufield & Byers. Denunció una atmosfera sexualmente cargada en la que los hombres veían a sus compañeras de trabajo como presas y dijo que, por ser mujer, la excluyeron de los ascensos y la despidieron. Poe perdió la demanda, pero impulsó a que otras mujeres también hablaran.
La acción más reciente busca representar a los todas las mujeres que han trabajado en la sede de Google en California durante los últimos cuatros años. La organización violó el Acto de Pago Igualitario del estado al darle a las mujeres salarios menores que a los hombres, a pesar de tener las mismas responsabilidades y habilidades. Desde hace tiempo Google está al tanto del problema, pero no ha hecho nada por cambiar la situación y -según las denunciantes- las mujeres siguen siendo promovidas con menor frecuencia.
Una de las demandantes, la ingeniera de software Kelly Ellis, trabajó en la oficina de Mountain View desde mayo de 2010 hasta julio de 2014. Otra de ellas, Holly Pease, ejecutó una serie de roles de coordinación en dos sedes de Google desde 2005 hasta 2016. La tercera, Kelli Wisuri, trabajó como especialista de comunicaciones y “evangelista de marca” desde finales de 2012 hasta principios de 2015. Todas afirman que Google las mantuvo en “escaleras de trabajo” que tenían límites de compensaciones más bajos que sus pares masculinos.
La demanda cita información de un informe sobre las prácticas de empleo de Google, realizado por el Departamento de Trabajo de los Estados Unidos. La agencia realizó un análisis de regresión estadística de la paga de aproximadamente 21.000 empleados en la oficina de Mountain View durante el año 2015.
Google está entre las compañías de Silicon Valley que han luchado en los últimos años para diversificar su personal, que es predominantemente masculino y blanco. Según el último reporte demográfico de la empresa, 69% de sus empleados y 80% de su personal técnico, son hombres. El documento muestra que la proporción de mujeres en roles técnicos y en posiciones de liderazgo ha incrementado 1% desde 2016.
La unidad Alphabet está metida en la controversia tras despedir a un ingeniero hombre que criticó las políticas de diversidad de la compañía. James Damore, quien encendió una tormenta de fuego en agosto con un memo de 10 páginas que destruyó el “sesgo izquierdo” de Google para crear un “monocultivo políticamente correcto”, dijo que la empresa lo “avergonzó” por las opiniones expresadas e informó que introdujo un denuncia ante el Consejo Nacional de Relaciones Laborales. Google ha respondido que las alegaciones de Damore son falsas.