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España es un país con una gran tradición y afición por los juegos de azar y los casinos. Estas modalidades de juego están presentes desde hace siglos en la cultura española, aunque no fue hasta el año 1977 cuando los juegos de azar basados en destrezas y habilidades, como el blackjack, se legalizaron en nuestro país. Cuatro años más tarde se hizo lo mismo con las populares máquinas tragaperras y otras modalidades de juegos similares. En ese contexto favorable empezaron a proliferar los casinos y los salones de juego en el territorio nacional. Con el paso de los años, el juego físico ha tenido que adaptarse a los nuevos tiempos y a la nueva demanda de los jugadores, con una clara preferencia por la innovación y el consumo online.
Actualmente hay 54 casinos y salas de juego en España, según el Anuario del Juego en España de 2019 realizado por el Instituto de Política y Gobernanza de la Universidad Carlos III de Madrid en colaboración con el Consejo Empresarial del Juego (CEJUEGO). El modelo español de casinos se basa en establecimientos de juego de dimensión pequeña o mediana, especialmente en comparación con los grandes casinos a escala europea. Además, suelen dar utilidad a edificios históricos que hubieran quedado obsoletos con el paso del tiempo, como ocurre con el Casino Gran Vía de Madrid, que se ubica en un palacete de los años 20, antigua sede del Círculo Mercantil Industrial. Unos que casinos que siguen recuperándose lentamente de la crisis iniciada en el año 2007.
El juego real o GGR (cantidad realmente gastada por el conjunto de clientes) de los casinos tradicionales ascendió a 357,8 millones de euros en el año 2018. Una cifra que sigue siendo inferior a los 484 millones que recaudaron en 2007. A pesar de ello, el sector del juego se ha consolidado como un motor de crecimiento económico y riqueza muy importante en España, ya que contribuye con más de 1.200 millones de euros a las arcas públicas a través de los impuestos especiales del juego. Además, también es un generador de empleo, aportando 252.112 empleos directos e indirectos, según los datos del Anuario del Juego en España de 2019. Un negocio que ofrece una opción de ocio responsable a los ciudadanos, formando parte de las actividades de entretenimiento de los españoles.
El perfil de los jugadores españoles
La crisis que atravesó el negocio de los casinos en España entre 2008 y 2014 provocó un relevo generacional en el perfil de los jugadores españoles. Hace unos años, la mayoría de los clientes pertenecía a generaciones intermedias, de 45 años en adelante, con un nivel socioeconómico medio y alto. Un perfil que ha cambiado en la actualidad, donde estas generaciones han reducido su presencia en los establecimientos de juego, dando paso a clientes más jóvenes, principalmente menores de 35 años. Un cambio que se ha visto impulsado por la nueva concepción de los casinos españoles, que han ampliado su oferta tradicional de juegos de azar hacia un entretenimiento más generalizado con actividades, espectáculos y conciertos en vivo.
Los casinos han tenido que dejar de lado su exclusividad para poder recuperarse de la crisis. De hecho, ahora los clientes entienden la visita a los establecimientos de juego como un simple entretenimiento, y no como un acto de alto valor añadido como ocurría en años anteriores. Esto se debe a que el perfil del cliente es más joven y está asociado con la clase media. Un perfil que es muy similar al del juego online, ya que buscan divertirse con modalidades de juego, pero en este caso se benefician de la comodidad de jugar desde el hogar. Al fin y al cabo, el perfil del consumidor de juegos de azar en la actualidad está asociado a las nuevas tecnologías, entre las que el dispositivo móvil se ha establecido como una herramienta fundamental para el entretenimiento.
Los casinos españoles con más ingresos
El Casino Barcelona, con unos ingresos de 84,4 millones de euros en 2018, es el casino español con más ingresos en la actualidad, según el Anuario del Juego en España de 2019. Ubicado en los bajos del Hotel Arts de Barcelona, en el Puerto Olímpico, una de las zonas más turísticas y animadas de la Ciudad Condal, este establecimiento de juego abrió sus puertas en el año 1978, aprovechando la legalización de los juegos de azar al finalizar el franquismo. La normativa de la época, que prohibía la presencia de los casinos en zonas metropolitanas, hizo que el Casino Barcelona se ubicara a 40 kilómetros de la ciudad, concretamente en el municipio de San Pedro de Ribas. No fue hasta 1998 cuando consiguió la autorización de la Generalitat de Catalunya y el Ayuntamiento de Barcelona para trasladarse a la Ciudad Condal.
El Casino Gran Vía, con un total de 36 millones de euros anuales, es otro de los casinos españoles con más ingresos. Su emplazamiento en un palacete de los años 20, antigua sede del Círculo Mercantil Industrial y edificio declarado patrimonio histórico, es uno de los grandes atractivos de este establecimiento de juego de la capital española. Una sala de juego que abrió sus puertas en 2013, convirtiéndose en un lugar de ocio más para los madrileños. Además del Casino Gran Vía, Madrid cuenta otros establecimientos de juego, como el Casino Gran Madrid Colón, el Gran Casino Aranjuez y el Casino Gran Madrid en Torrelodones. Este último es otros de los casinos con más ingresos (entre 15 y 20 millones anuales).
A pesar de las cifras que mueven los casinos tradicionales, cada vez menos españoles deciden entretenerse en estos establecimientos de juego repartidos por la geografía española. Esto se debe a que el juego ha cambiado de ciclo en España, y los operadores son conscientes que el futuro pasa por adaptarse a las nuevas tecnologías, especialmente a los smartphones. Por este motivo, los operadores siguen innovando en el modelo de negocio actual, apostando por los casinos online como el buque insignia del sector del juego.