viernes, 22 noviembre 2024

La energía renovable se enfrenta a su examen de madurez

La crisis sanitaria provocada por el coronavirus ha puesto patas arribas la sociedad y la economía. Así, cuando apenas han pasado un puñado de semanas desde que bajase el telón la #COP25 -parece un mundo-, la realidad es que todavía resuena en el ambiente la afirmación «hay que actuar ya». Pero el covid-19 frenó todo en seco. ¿O no?

En el contexto del futuro energético las renovables deben tomar un papel esencial. En el caso español, con la ministra de Transición Ecológica Teresa Ribera al frente, el impulso estaba dado. El Pniec y la Ley de Cambio Climático, en marcha. También los planes de Transición Justa. Pero todo eso ha sido zarandeado, en gran medida, por la crisis sanitaria. Una contingencia que, entre otras muchas cosas, ha cambiado radicalmente el consumo energético. Y en gran medidas las renovables han sentido ese movimiento.

Así lo expresa el director de EKON Strategy Consulting, Kim Keats. Basada su afirmación en la fuerte caída de demanda eléctrica desde que empezó la crisis sanitaria, estima que la energía renovable se enfrenta a una coyuntura para la que quizá no estaba preparada: escasa demanda y precios asequibles de otras tecnologías, como sucede ahora mismo con el gas.

Estas tendencias han provocado una bajada importante del coste marginal de generación de los ciclos combinados (CCGT), lo cual se refleja en una caída en los precios de electricidad en el mercado mayorista (Omie).

LA ENERGÍA RENOVABLE Y SU FUTURO

Este doble impacto, aseguran desde la consultora, empeora las perspectivas económicas de las energías renovables. Cuando la demanda cae, se necesita menos capacidad renovable para llegar al mismo nivel de penetración de las mismas (definiéndolo como un porcentaje fijo de una demanda que sería más baja). Y cuando caen los costes de generación térmica, caen los precios de electricidad, reduciendo la capacidad renovable que se puede sostener económicamente.

Pero ahí no queda todo. Kim Keats asesta un duro golpe al sector renovables y advierte de que, si las cosas no cambian, será necesario revisar los planes de desarrollo renovable a medio y largo plazo

En particular, la expansión de capacidad prevista en el Pniec llevaría a precios medios capturados por la eólica y fotovoltaica muy por debajo de sus costes normalizado (LCOE). Esto conlleva un problema de “missing money”, refiriéndose a que los precios no reflejan adecuadamente el valor de la inversión. Si no regresamos al status quo anterior, el plan y su implementación necesitaran ajustes.

Respecto a si “hay luz al final del túnel”, el mercado da una pauta.  Los precios de futuros de electricidad a corto plazo en OMIP y EEX para el suministro continuo (“baseload”) están muy bajos.  Pero ese mismo precio desde 2021 en adelante muestra una recuperación con precios rondando los 40€/MWh.  La realidad dependerá mucho de lo que pase con los costes de gas natural y el CO2, que a su vez  “están vinculados a la actividad económica y nuestra habilidad de ganar la batalla contra el covid-19”, estima Kim Keats.


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