miércoles, 11 diciembre 2024

¿Varado por un avión? Los aeropuertos se aprovechan e incursionan en el negocio hotelero

Justin Bachman para Bloomberg

Durante décadas, una tormenta o un retraso en una escala ha sido el equivalente a tener que dormir en el aeropuerto, dejando a un montón de pasajeros frustrados y con un dilema: ¿vale la pena coger un puesto cercano a la puerta de embarque o es mejor permanecer en el piso?

Algunos aeropuertos están considerando una mejor forma de acomodar a los pasajeros con mala suerte mientras ganan dinero en el proceso. Al menos cuatro compañías buscan un espacio dentro de los terminales para generar cápsulas para dormir. Minute Suites LLC ya tiene lugares en los aeropuertos de Atlanta, Dallas-Fort Worth y Filadelfia, con otro en Charlotte por abrir en diciembre. Washington Dulles explora el concepto también.

Mientras tanto, una compañía llamada izZzleep abrió una cápsula de sueño en el aeropuerto  de la Ciudad de México este verano, con tarifas de 8 dólares (6,7 euros) por hora a 34 (28,5 euros) por noche. Yotel, el operador de mini-hoteles  con sede en Londres, opera YotelAir en cuatro aeropuertos europeos y tiene un proyecto en Singapur a principio de 2019.

Yotel también espera expandirse a los aeropuertos estadounidenses en algún momento, al igual que NapCity Americas, que ha adquirido los derechos de Napcabs, una compañía alemana que opera en Múnich. A medida que los aeropuertos se expanden, muchos exploran dar este servicio, señaló Stephen Rosenfeld, empresario de Florida que formó NapCity Americas en 2014 para operar una versión de la europea Napcabs.

Un restaurante en un aeropuerto pueden generar hasta 16.800 euros en ingresos por un solo asiento en un año

Y se están volviendo más abiertos a la dea. Sin embargo, ese descanso ha tardado en migrar hacia los aeropuertos, a pesar de su papel de anfitrión de viajeros agotados cuyos planes fueron frustrados por el clima, la falta de tripulantes o errores técnicos.

Las razones varían, pero los ingresos suelen jugar un papel importante cuando se trata de asignar espacios en los principales aeropuertos. Un bar, un restaurante o un McDonald´s siempre generarán más ingresos que estos lugares para tomar la siesta.

“Un restaurante puede generar 20.000 dólares (16.800 euros) en ingresos por un solo asiento en un año”, expresó Peter Chambers, cofundador de Sleepbox, una empresa con sede en Boston que vende una cabina de 45 pies cuadrados en aeropuertos.

Los vendedores minoristas también buscan ser situados dentro de los puntos de comprobación de seguridad para ayudar a minimizar molestias al cliente. Nadie quiere tratar con largas colas o personal aduanero más de lo necesario.

Pero hay obstáculos para el florecimiento de esta nueva industria hotelera. Históricamente, los aeropuertos han tenido una relación simbiótica con alojamientos cercano para su tripulación o pasajeros colgados de algún vuelo.

Los aeropuertos pueden verse reacios a una competencia con estos alojamientos que tienen un servicio de transporte al aeropuerto como una característica estándar, sostuvo Scott Humphrey, subdirector del Aeropuerto Internacional Bozeman Yellowstone.

La mayoría de los operadores querría un compromiso de arrendamiento a largo plazo en los aeropuertos para generar un retorno de la inversión adecuado, dijo Jo Berrington, vicepresidente de Yotel, cuya estancia promedio es de siete horas, con un precio de 35 euros. Y el tamaño ideal de la compañía para este negocio es de 60 a 150 cabinas. YotelAir, que tiene puestos en Amsterdam, París y Londres, ha mantenido conversaciones con aeropuertos norteamericanos, pero aún no alcanzan acuerdos.

El modelo de negocios de los aeropuertos no sólo se orientará en retrasos y cancelaciones

Minute Suites corroboró que su negocio es consistente, pero que usa precios dinámicos para ajustarse a períodos de baja y alta demanda. La compañía evalúa los aeropuertos por su cantidad de vuelos internacionales y el tráfico de conexión. Las tarifas comienzan en 32 dólares por hora; y una estancia por una noche alcanza 140 dólares, aproximadamente 100 dólares menos que una habitación en el Hyatt Regency, el más cercano.

Nuestro modelo de negocios no sólo se orienta a retrasos y cancelaciones”, expresó Christopher Glass, vicepresidente de Minute Suites. “Los miembros de la tripulación también entran a tomar la siesta”.

En Washington Dulles, el principal aeropuerto internacional para la capital estadounidense, la Autoridad de Aeropuertos Metropolitanos de Washington, emitió una convocatoria para establecer un “lugar tranquilo y cómodo dentro del aeropuerto para dormir, relajarse o trabajar antes de abordar el vuelo”, disponible 24 horas al día durante todo el año. “La atmósfera debería ser similar a lo que experimenta un viajero en una pequeña habitación de hotel”.

La mayor parte de los diseños actuales lanzados en los Estados Unidos son más grandes que los de otras latitudes

Por supuesto, la idea de un apretado cuarto para una siesta rápida es apenas una novedad, con Japón de pionero en el concepto de cápsulas de sueño dirigidas a zonas urbanas muy pobladas. En muchas versiones, estas cabinas no tienen más que un colchón, muy parecido al diseño de un sarcófago.

La mayor parte de los diseños actuales lanzados en los Estados Unidos son más grandes. “Tenemos un modelo más americanizado de lo que hay disponible en el extranjero”, indicó Glass. “Amamos nuestro espacio”, por lo que planean duplicar el número de ubicaciones para fines de 2018, pero no reveló sus destinos.

El interior de estos cuartos cuentan con un sofá cama, almohadas y mantas. Minute Suites incluye un programa de audio para ayudar al sueño. Algunos espacios son tan grandes que pueden incluir un pequeño escritorio de trabajo.

Chambers cree que los aeropuertos están cambiando rápidamente su enfoque para aumentar el “tiempo de permanencia”. La combinación de comodidades, incluyendo un lugar limpio, tranquilo y aislado para descansar, es probable que los viajeros escojan al aeropuerto en vez de un hote.

“Creo que es por eso que estamos viendo que muchos aeropuertos importantes buscan estos espacios para todas estas unidades”, detalló.

El modelo general del negocio es uno de alta automatización. Los empleados están de servicio sólo para limpiar los cuartos desocupados, y en Washington Dulles, también proporcionan seguridad. No estaba claro si estas cápsulas se limitarían a una persona a la vez, aunque los modelos de YotelAir son capaces de acomodar familias.

Los cuartos tienen televisores, WiFi, cargados de móviles, entre otros. Minute Suit vende hasta 150 artículos, como cepillos de dientes, por ejemplo. La idea no es replicar a un hotel, especialmente porque la sobrecarga es crítica para el éxito.

“No quiero ser un hotel”, dice Rosenfeld, que está trabajando para firmar un contrato con NapCity. “Estamos para ayudar al público”. La compañía cobrará 45 dólares por hora, y luego 20 dólares por períodos de hasta 30 minutos.

Tras abordar el negocio aeroportuario, Rosenfeld ve un futuro hogar para estos mini cuartos de siesta que podría ser aún más lucrativo: los hospitales.


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