En España desde siempre, los niveles de lectura son muy bajos, el fracaso escolar es muy alto y el desprecio público por la cultura es enorme.
La televisión de nuestros días no tiene efecto educativo alguno, como medio de comunicación de masas, no educa en nada a las personas. La educación, sirve para hacer desarrollar la imaginación y la creación mental, y la televisión que vemos, es un bombardeo constante de miles de imágenes y permanentes noticias desgraciadas que nos hacen ser sólo súbditos.
Confinados en nuestras casas, es un suplicio acercarse a nuestros canales tradicionales y de ahí el éxito de plataformas como Netflix, que han sabido crear contenidos de calidad que enganchan al público. Trabajan para lograr una mayor personalización de contenidos y, por supuesto, un mayor enganche. De esta manera, consiguen mantener a los suscriptores y, al mismo tiempo, ganar nuevos. Además, saben satisfacer las necesidades culturales de cada país.
La televisión tradicional en España, solo sirve para crear tendencias y modas, de fabricar modos de pensar, de vestir, de actuar, de comportarse, de hablar.
Las personas no somos importantes, no es importante la calidad del contenido de los canales, La televisión hoy es un negocio.
Nosotros, como individuos, podemos elegir no ver telebasura, nosotros podemos elegir no ver programas donde se muestren las miserias humanas, donde se denigren los valores humanos, donde se favorezcan la mediocridad y la vulgaridad.
El grupo Mediaset por ejemplo, mantiene su programación intacta, uno de sus programa estrellas, Sálvame, permite incluso pese a la bronca de un doctor a Jorge Javier Vázquez seguir acudiendo a su puesto de trabajo.
El programa ha modificado su temática habitual y dedica un porcentaje bastante alto al Covid-19, imagínense las aportaciones de tan grandes eminencias al tema. Después «Sálvame» recupera su nivel habitual para analizar «Supervivientes» así como las últimas noticias de los personajes que circulan en su entorno. «Sálvame» y «Supervivientes» por supuesto intocables en su parrilla.
Seguro que todos hemos dicho “yo hoy he apagado la tele” o “no quiero ver más noticias”.
Dicen los expertos que partiendo de la base de que en situaciones como la que vivimos y que suponen un riesgo potencial contra la vida o la integridad física, ayudan a potenciar trastorno por estrés postraumático y patologías psiquiátricas diversas, como ansiedad y depresión.
Yo no sé cómo acabaremos después de estar encerrados tanto tiempo en casa, pero psicológicamente lo que no pueda destruir el coronavirus lo hará la televisión.
