La Comisión Europea ha presentado este jueves su propuesta para crear un fondo de desempleo común de 100.000 millones de euros para evitar despidos masivos en países duramente golpeados por la pandemia de Covid-19, como España e Italia, a través de préstamos con «condiciones favorables».
La jefa del Ejecutivo comunitario Ursula von der Leyen ha presentado en una rueda de prensa la propuesta legislativa, que tendrá carácter temporal y que ahora pasará a la mesa de los ministros de Finanzas de la UE en su reunión del próximo martes. La alemana ha confiado en que sea aprobada con rapidez.
El instrumento, al que Bruselas ha bautizado como SURE, «puede mitigar los efectos de la recesión» y «mantener a los empleados en sus puestos de trabajo». La idea es reforzar los esquemas nacionales, como los ERTE españoles, con la idea de evitar despidos y que los trabajadores puedan volver a trabajar una vez superada la emergencia sanitaria y levantadas las medidas de confinamiento.
«Muchas compañías no tienen ingresos y si no hacemos nada tienen que despedir a sus trabajadores. Esto tendría consecuencias cuando el motor económico funcione de nuevo, (las empresas) no tendrán la fuerza laboral que necesitan y limitaría nuestra recuperación», ha explicado Von der Leyen.
BRUSELAS PODRÁ EMITIR DEUDA
El fondo, una vez aprobado, tendrá una potencia de fuego de 100.000 millones de euros y se canalizará a través de préstamos a los Estados miembros que lo soliciten. Para construirlo, la Comisión podrá emitir deuda en los mercados pero antes los países tendrán que ofrecer garantías equivalentes a 25.000 millones.
El esquema SURE servirá de «complemento» para los sistemas nacionales de desempleo. Los Estados miembros que necesiten acceso a sus fondos tendrán que solicitarlo y demostrar que han registrado un incremento «repentino e intenso» del gasto público como consecuencia de sus medidas para mitigar el impacto económico y social del coronavirus.
La Comisión Europea evaluará su petición y determinará cuestiones como el tamaño del préstamo, los plazos de vencimiento, el tipo de interés aplicable y el número de tramos en los que se desembolsará. La aprobación definitiva del préstamo vendrá por parte de los Estados miembros.
En todo caso, el borrador prevé un techo para que pueda ser accesible por parte de todos los socios comunitarios y el fondo no sea monopolizado por los países más afectados. En concreto, establece que los tres países que más fondos reciban no podrán aglutinar más de 60.000 millones de euros.