De la noche a la mañana Telefónica se ha encontrado dos frentes estratégicos abiertos. Por un lado, hace unos meses la compañía -a través de su presidente- comunicaba una reorganización de calado con el desarrollo de nuevas divisiones. Posteriormente, y como consecuencia de la crisis sanitaria, también se debe enfrentar como todas las grandes empresas a un rediseño de los planes de negocio. A favor juega la consolidación de un perfil financiero cuya palanca de acción es la reducción de deuda.
Bajo este contexto, parece que el operador dirigido por José María Álvarez-Pallete tendrá que poner su foco -principalmente- en la recuperación comercial tras la crisis sanitaria derivada del coronavirus. Según un informe de Bloomberg al que ha tenido acceso MERCA2, la parte financiera puede descansar tranquila los próximos meses. Esto dibuja un escenario optimista para la compañía tras varios trimestres consecutivos de reducción de deuda.
Todo ello en un escenario donde las agencias de rating, según indica el informe, están revisando a marchas forzadas las calificaciones de las grandes compañías debido al impacto económico que ha provocado el Covid-19. De hecho, en las últimas horas S&P ha realizado un cambio de perspectiva, que no de valoración, sobre la calificación de la compañía. Así, Telefónica mantiene el mismo rating de las tres grandes agencias desde 2016, pero con el matiz que le ha hecho S&P.
En estas circunstancias, y dejando el impacto del coronavirus a un lado, los analistas estiman que el perfil financiero de Telefónica se habría estabilizado gracias a la reducción de deuda y las proyecciones corporativas realizadas por la compañía. Esto se refiere, precisamente, a la intención de desinvertir en los mercados que el operador azul ha declarado como no esenciales. Básicamente Latam.
LAS EXPECTATIVAS DE TELEFÓNICA
A la hora de analizar el momento actual de la compañía, y cómo se presenta la perspectiva de futuro, cabe señalar que la liquidez actual de Telefónica, que se cifra en 22.800 millones de euros, cubre los vencimientos de la deuda a dos años.
Es por ese motivo que el operador azul no necesita acudir a los mercados de deuda. Una cuestión que los analistas valoran como positiva para enfrentar los movimientos corporativos que debe llevar la empresa. En este sentido, Telefónica cuenta con una posición de caja de 9.200 M€, además de 13.700 millones de euros en líneas de crédito no utilizadas, y otras líneas de crédito sindicadas.
Para situar el contexto, se debe destacar que la vida media de la deuda es de 10,5 años (6,4 años en diciembre de 2016). Así, en Telefónica han incrementado la parte fija de la deuda, actualmente el 75% del total, limitando la exposición a tasas más altas.
El «pero» ante esta situación procede de Latinoamérica, donde la compañía tiene por vender todas las filiales que no ha declarado como esenciales. El problema es que esas ventas están paradas debido a la crisis sanitaria. Esto implica que los tradicionales problemas de divisas que se causan en la región por motivos cambiarios, seguirán afectando más tiempo del previsto en la cuenta de resultados.
EL RETO COMERCIAL
En cuanto al reto comercial, los operadores de telefonía están viviendo una curiosa paradoja: sus servicios son usados de manera exponencial desde que se decretó el Estado de Alarma. Lógicamente esto no debe extrañar a nadie, si todo el mundo está en casa, el uso de internet y su consumo derivado se ha disparado.
De esta forma muchos usuarios están comprendiendo la importancia de tener una red fiable y, sobre todo, rápida. Por eso, los analistas estiman que próximamente habrá un ancla comercial sobre la capacidad de la red y la velocidad que pueden vender.
Del mismo modo, y de manera forzada, muchos usuarios de la compañía están obligados a teletrabajar. Esto va a generar en las empresas nuevas dinámicas en los hábitos de trabajo. Algo que Telefónica, y en general las compañías del sector, pueden utilizar también como palanca comercial para mejorar los servicios de los clientes Todo ello a cuenta del Arpu (rentabilidad por clientes), puesto que generaría facturas de mayor valor. Algo que buscan todos los operadores, sobre todo desde que hay más competencia.