Hubo un primer aviso el 12 de marzo, cuando el Ibex 35 cerró la peor jornada de su historia. Ese día, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) prohibió las ventas a corto durante el día siguiente, el viernes 13 de marzo. Tuvo vigencia en esa jornada y afectó a 69 empresas de la Bolsa española.
En concreto a aquellas acciones líquidas cuyo precio había caído más de un 10% en la sesión del jueves y sobre todas las acciones ilíquidas que hubieran perdido un 20%. Sin embargo, las restricciones empeoraron el lunes.
La CNMV prohibió durante un mes la realización o incremento de posiciones cortas netas sobre las acciones en los centros de negociación españoles. Entró en vigor el martes, y se prorrogará al menos hasta el 17 de abril. Pero puede levantarse en cualquier momento sin llegar a agotar el plazo.
La Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA) dio su visto bueno. Y los reguladores de Italia, Bélgica y Francia se sumaron a la iniciativa, tal y como hicieron en agosto de 2011. Pero Reino Unido y Alemania, los dos mercados más grandes de Europa, no lo han hecho.
WALL STREET SE OPONE
Los mismo ha ocurrido al otro lado del Atlántico, el propio regulador se ha opuesto a seguir los pasos europeos. El presidente de la SEC, Jay Clayton, fue rotundo en una entrevista con CNBC. «No deberíamos prohibir las ventas en corto”. Esta práctica, la de apostar a que una acción caerá, es necesaria para “facilitar el comercio en el mercado ordinario”.
Pero la cosa ha ido más allá porque la Federación Mundial de Bolsas opina igual. Según su CEO, Nandini Sukumar, prohibir las ventas en corto “interfiere con la formación de precios” y aumenta la incertidumbre. Y la Organización Internacional de Comisiones de Valores, de la que la propia CNMV es miembro, también.
Las ventas en corto se prohibieron sobre todo entre los años 2008 y 2012 durante el periodo de crisis financiera, cuando las autoridades tomaron medidas para frenar la caída de los mercados y proteger de manera especial la liquidez de los bancos .
¿ES EFECTIVO?
Joaquín Robles, analista de XTB explica a MERCA2 que realmente el objetivo de esta medida es prohibir todas las posiciones especulativas en corto, pero las que el inversor tuviera antes de la prohibición las puede seguir manteniendo.
Al final se detiene el incremento de las posiciones especulativas cuando el mercado puede seguir bajando, pero no se paran las caídas, porque las posiciones largas que tuviera un inversor las puede seguir vendiendo, y el precio de las acciones seguirá bajando.
Se evitan perdidas mayores y que los accionistas se puedan beneficiar de las caídas. Al final en estas operaciones, se gana cuando la Bolsa pierde. Por ello, cuando peores perspectivas tiene un valor, más probabilidad hay de que los inversores quieran ponerse cortos en él.
Esto ocurriría ahora con los sectores ligados al transporte, al turismo o las materias primas porque son los que peor perspectiva tienen. Sin embargo, en realidad, los vendedores en corto no controlan suficiente capital para mover los mercados.
Si comparamos la evolución de los principales índices de las Bolsas europeas desde que se aplicó la medida, el 17 de abril, lo cierto es que no hay mucha diferencia. La Bolsa de Londres acumula desde la fecha hasta ahora, un alza del 6% y la de Fráncfort del 9%. Mientras que la de Milán se ha revalorizado un 9%, la de París un 8% y la de Madrid un 7,7%.
Por ello, los expertos consideran que esta medida no es efectiva. Y en los momentos de pánico cuando todo el mundo decide vender, las prohibiciones no sirven de mucho.