La decisión de Telecinco de relevar a Mercedes Milá por Jorge Javier Vázquez en ‘Gran Hermano’ conllevó una famosa polémica que provocó un insistente dolor de cabeza en ambos comunicadores. Mercedes vio con sufrimiento como la presentaban mediáticamente como una dolida destronada que no había podido superar haber perdido el formato de su vida. Y Jorge se preguntó incluso si merecía la pena presentar el formato ante tal vendaval.
Ambos están deseando pasar página sobre esta circunstancia, hecho que se evidenció este verano en una entrevista concedida por Mercedes a Diario de Ibiza. En ella la comunicadora se mostraba encantada porque no le preguntaban por ‘Gran Hermano’, sino por ‘ConvénZeme’, espacio que está pendiente de renovar con Mediaset por una tercera temporada. Jorge Javier por su parte volverá a ponerse al frente de ‘Gran Hermano’, que prepara un retorno que supondrá la cancelación definitiva de ‘Mad in Spain’. El concurso lo compaginará con ‘Sábado Deluxe’, espacio en el que esta semana Belén Esteban analizará su visión sobre la supuesta «benelización» de María José Campanario. También regresará a ‘Supervivientes’, a ‘Got Talent’ y al teatro, donde se pondrá al frente de un musical. Y eso que Rosa Benito, según palabras de Jordi Martín, dice que «canta como un grillo».
No parece darle importancia Jorge, que sin embargo sí se molestó con El Español porque publicó que su casa de alquiler menorquina le costó 75.000 euros, cifras que señala que no se ajustan a la realidad.
Pero lo que más le molesta a Jorge es que digan que no se habla con Mercedes, con la que cenó en el pueblo pescador de Fornells junto a dos compañeros de grupo, Jesús Calleja y Mercedes Milá: «Por la noche se une a cenar Mercedes Milá y aquello ya es el despiporre. Cuando aparece se me ocurre decirle: «Qué buena pinta tienes» y ella me responde rotunda: «Yo siempre he tenido buena pinta, querido». O sea, que la primera en la frente. La cena transcurre entre carcajadas debidas en buena parte a Calleja, que se encuentra en estado de gracia y consigue que nos descojonemos con cada uno de sus comentarios. La Milá le declara su amor y él se esponja como una galleta bañada en leche. Han hecho muy buenas migas. Contempla divertida la escena María, la socia de Jesús, una de las mentes más lúcidas que conozco dentro de este absurdo mundo de la televisión. Jesús tiene suerte de contar con ella».
En Lecturas también explica que no solo cenó, sino que la velada continuó de forma muy simpática: «Al finalizar la cena, Mercedes se ofrece a llevarme a casa en su coche. Yo le digo que agradezco su invitación pero que prefiero coger un taxi porque no tengo ni idea del lugar en el que vivo, pero ella se empeña y yo no me resisto. Al final sucede lo que me temía: que acabamos dando unas cuantas vueltas de más. Yo me muero de vergüenza porque no sé qué hacer para indicarle, pero ella resuelve la papeleta como una campeona: con paciencia y buen humor. Quizás haya gente que piense que el tiempo que pasamos en el coche —más de una hora larga— no dejamos de hablar de ‘GH’, pero lo cierto es que el tema no se toca en ningún momento. ‘GH’ es una asignatura superada para los dos y nos dedicamos a contarnos cosas de nuestras vidas. Íntimas y personales. Si no de amigos, sí de dos personas que se tienen mucha confianza. Y, por mi parte, admiración y muchísimo cariño. Más importante lo segundo que lo primero». Con este pasaje Jorge intenta enterrar el fantasma del pasado año.