Los ministros de Finanzas y los gobernadores de los bancos centrales de los países del G20 han acordado en la reunión virtual mantenida este martes establecer una hoja de ruta para la implementación de los compromisos adquiridos por los líderes de la organización de llevar a cabo un plan conjunto contra la pandemia de Covid-19, incluyendo las medidas que se hayan tomado y las que se adoptarán para contener el virus, además de subrayar la necesidad de medidas a medio plazo que impulsen a la economía una vez superada esta fase.
En dicho compromiso, se incluye la necesidad de abordar los riesgos para la deuda relacionados con la vulnerabilidad de los países de bajos ingresos en el actual contexto de pandemia para permitir a estas economías concentrar sus esfuerzos en la lucha contra el desafío común.
Asimismo, los ministros de Finanzas y banqueros centrales del G20 han expresado la necesidad de colaborar con las organizaciones internacionales relevantes para proporcionar con rapidez la asistencia financiera internacional adecuada a los mercados emergentes y países en desarrollo para hacer frente a los desafíos presentados por la pandemia.
Por otro lado, el acuerdo invita a trabajar con la Junta de Estabilidad Financiera (FSB) en su capacidad de coordinar las medidas de regulación y supervisión tomadas por los países en respuesta a la pandemia de Covid-19.
En este sentido, los ministros de Finanzas y los banqueros centrales del G20 han encargado a los grupos de trabajo relevantes el cumplimiento de la hoja de ruta con vistas a su reunión virtual del 15 de abril de 2020 y pactaron continuar discutiendo y tomar las medidas urgentes necesarias para abordar el desafío global presentado por la pandemia Covid-19 .
Los ministros de finanzas del G20 y los gobernadores de los bancos centrales también discutieron el papel del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y otras instituciones financieras internacionales en el despliegue de todos los recursos disponibles y para explorar medidas adicionales necesarias en apoyo de los mercados emergentes y las economías en desarrollo en medio de la pandemia, incluyendo el apoyo a la estabilidad financiera y aliviando las restricciones de liquidez.
A este respecto, acogieron con beneplácito la disposición del Banco Mundial para desplegar hasta 160.000 millones de dólares (145.900 millones de euros) en los próximos 15 meses para ayudar a sus países miembros a responder a la pandemia de Covid-19.
UN PLAN AMBICIOSO.
Por su parte, la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, que ha tomado parte en la videoconferencia, ha agradecido a los ministros y banqueros centrales del G20 las medidas adoptadas recientemente para proteger a la economía del Covid-19, aunque ha expresado su preocupación respecto de la perspectiva negativa para el crecimiento de 2020 y en particular respecto de las dificultades que una recesión supondría para las economías emergentes y en desarrollo.
«Nuestra previsión de una recuperación el año próximo depende de cómo manejemos la contención del virus y reduzcamos el nivel de incertidumbre», ha señalado la búlgara durante su intervención, haciendo énfasis en la importancia de «un plan de acción ambicioso» por parte del G20 con el fin de reforzar la capacidad de los sistemas sanitarios para hacer frente a la pandemia, estabilizar la economía mundial y acometer medidas coordinadas y específicas para allanar el camino hacia la recuperación.
En este sentido, Georgieva ha subrayado que el FMI «hará su parte», destacando las recientes disposiciones del organismo internacional para facilitar el acceso a sus líneas de crédito de emergencia, sobre las que 85 países han mostrado interés, así como para incrementar la capacidad del Fondo de ayudar a los miembros más pobres y brindar ayuda a los países que atraviesan problemas de liquidez en divisas.
«Tenemos buenas noticias sobre los recursos del FMI. EEUU recientemente aprobó doblar los nuevos acuerdos de préstamo y nuestro consejo ejecutivo acordó ayer una nueva ronda de préstamos bilaterales para garantizar una capacidad de crédito de un billón de dólares», ha señalado.
Por otro lado, Georgieva ha insistido a los ministros de Finanzas del G20 en la importancia de aliviar la carga de la deuda sobre los países más pobres «En un momento en que la economía mundial se encuentra estancada, los acreedores bilaterales oficiales podrían hacer una importante contribución al ofrecer una suspensión de la deuda a los países elegibles IDA, como propusimos el presidente del Grupo del Banco Mundial, David Malpass, y yo durante nuestra última reunión», ha indicado.
La semana pasada, los dos organismos solicitaron el aplazamiento de los pagos de deuda de todos los países pertenecientes a la Asociación Internacional de Fomento (IDA, por sus siglas en inglés), un ente que forma parte del Banco Mundial y agrupa a los países más pobres. El 66% de la población mundial que vive en situación de extrema pobreza se concentra en los países pertenecientes a la IDA.