De la ‘primavera del empleo’ al otoño caliente de los sindicatos

Como decía el político inglés Winston Churchill, “de las estadísticas, solo me fío de las manipuladas por mí”. Y esa es la guerra abierta que tienen los sindicatos con la ministra de empleo Fátima Báñez, puesto que cada uno ve la situación laboral española de manera muy diferente.

Sin dar o quitar razones, esta misma semana Meca2.es publicó un artículo referente a los diversos procesos de regulación de empleo que hay abiertos en España y que chocan de manera frontal con las palabras del Gobierno que dan por concluida la crisis y ven un mercado que no deja de florecer. El problema es que lo despidos no cesan y la calidad del empleo es puesta en duda.

Como es lógico, los sindicatos son quienes han tomado la palabra para exponer de forma pública esta problemática. Así, desde UGT piden que el empleo «estable y con derechos sea la norma y no la excepción». Creen que las políticas activas de empleo deberían enfocarse en mejorar las oportunidades de empleabilidad de los parados de larga duración, tal y como ha reclamado en la mesa de negociación del plan de choque por el empleo.

En concreto, el sindicato cree que el Gobierno debería establecer iniciativas concretas para los mayores de 50 años, ya que más del 70% de estos desempleados lleva más de un año buscando empleo, y adoptar acciones efectivas en el marco del Plan de Garantía Juvenil para atajar la elevada tasa de paro de los jóvenes.

Los dardos de sindicatos contra la ministra

En este tira y afloja sobre la situación laboral en España, los sindicatos han puesto en el punto de mira las apariciones públicas de la ministra de empleo. Así, UGT cree que «pese a los intentos de Fátima Báñez por convencer de que la recuperación es sólida, sana y social, y que se vive la primavera del empleo«, la realidad es «otra muy diferente», ya que «se siguen destruyendo 650.000 empleos indefinidos cada año».

Y lo cierto es que ambos bandos tienen argumentos, cifras y estadísticas de sobre para tirárselas a la cabeza. De este modo, la organización sindical considera que el crecimiento económico, que es «desequilibrado y desigual», «no basta para reducir la precariedad laboral». Por ello, demanda que haya un cambio en las políticas económicas y de empleo, ya que «han empeorado las condiciones de los trabajadores y han desequilibrado la negociación colectiva dándole más poder a los empresarios».

¿Podemos tener otoño caliente?

La expresión del “otoño caliente” viene de las pasadas décadas cuando era al inicio del curso escolar y la vuelta de vacaciones cuando los sindicatos salían a la calle para hacer sus reivindicaciones. Es cierto que en los últimos años, con la monserga de una falta de Gobierno, quizá no ha habido tanta movilización social, pero eso ha podido llegar a su fin.

Sobre todo porque el Ejecutivo de Mariano Rajoy se encuentra en su segunda legislatura y eso siempre hace estar más activos a los sindicatos en sus reivindicaciones laborales.