El líder del PP, Mariano Rajoy, inauguró este domingo el curso político en Galicia, como hace cada año desde que es presidente de su partido. Lo hace en un acto tipo mitin al que acuden militantes y dirigentes del partido de toda Galicia, el último sábado del mes de agosto. Este año, a diferencia del resto, el acto se celebró en domingo porque Rajoy acudió a la manifestación contra el terrorismo de Barcelona y obviamente no podía estar en dos sitios a la vez.
Pero no ha sido lo único en lo que el tradicional acto de inicio del curso del PP se ha diferenciado respecto al de cursos anteriores: al igual que ocurriera el año pasado, el escenario de celebración ha sido distinto. Así, en lugar de celebrarse en el Castillo de Sotomayor –Soutomaior en gallego-, el PP reunió a sus huestes en la localidad pontevedresa de Cotubade, cerca de Vigo.
¿Razón? En las elecciones de 2015 el PP perdió tres de las cuatro diputaciones en las que gobernaba. Solo mantuvo la de Orense de la mano de José Luis Baltar. Pero perdió la que, probablemente, era más preciada para ese partido, la de Pontevedra. Preciada porque Pontevedra es la cuna de los principales dirigentes del actual PP gallego: Rajoy, Feijoo, Ana Pastor…
El Castillo de Sotomayor pertenece a la Diputación de Pontevedra, y su actual presidenta, la socialista Carmela Silva –que tiene el poder fruto de un pacto con el Bloque y En Marea-, se dio prisa en negarle al PP el permiso para celebrar ahí su acto de inicio de curso de cada verano. Y el PP no se lo perdona, porque para ellos era un lugar emblemático.
La conjura de Rajoy y los suyos
Así que el pasado fin de semana los ‘populares’ se conjuraron para hacer lo posible por recuperar la Diputación de Pontevedra. Tanto es así que el secretario general del partido en Galicia prometió a los asistentes que en 2019 volverían al Castillo de Sotomayor, una promesa que también reiteró el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo. Lo que no dijeron es cómo pensaban hacerlo porque a estas alturas y con las encuestas en la meno, el PP lo tiene muy difícil.
Y la principal razón por la que el PP no consigue recuperar los niveles de voto de antaño se llama Mariano Rajoy. Existe en Galicia un ‘cansancio’ casi estructural con el PP de Rajoy. No así con el de Feijoo. El líder del PP gallego sigue cosechando apoyos casi unánimes en su tierra, pero en las elecciones municipales pesa mas la referencia de Raoy que la de Feijoo, como ya ocurrió en 2015, cuando el PP perdió casi todo el poder municipal que tenía en Galicia.
Sin embargo, un año después revalidaba la mayoría absoluta autonómica. De ahí que los pocos alcaldes que quedan y los que dejaron de serlo tras las elecciones no le perdonen a Mariano Rajoy que no cambiara la ley para que gobernara la lista más votada.