Un comercial de publicidad, una comunicadora y una panadera. Tres profesionales distintos con una cosa en común: son autónomos. Mucho se está halando de este colectivo en los últimos días. Los asalariados están “más protegidos” pese a que sus empresas se haya acogido a un ERTE, porque seguirán cobrando su sueldo.
Pero los que trabajan por cuenta propia, no lo tienen tan fácil. En MERCA2 hemos recogido el testimonio de tres personas que viven la situación de maneras muy distintas. El peor escenario es para Manuel, un comercial de publicidad de 60 años.
“No es que no venda, es que me han anulado casi todas las campañas”, explica. La facturación publicitaria ya ha caído un 80% en comparación con marzo del año pasado. Tenía 15 campañas cerradas y de momento se han dado de baja 6, otras 7 no han empezado aún.
En su opinión, de las medias aprobadas por el Gobierno “ninguna” se adapta a su caso y cree que como el, muchos autónomos “no tienen capacidad” para hacer frente a todos los pagos que vienen ahora, la cuota, el IVA o la declaración de la renta. Necesitan ayuda “a fondo perdido”.
Las fechas de las obligaciones tributarias “no varían” y de querer aplazar el pago del IVA “nos cobran más del 3% de interés”. Pero esto “no es nuevo”, de manera que no ha cambiado nada. En su opinión “las cosas se van a poner muy feas” y los aplazamientos tienen que ser más largos, “que cambien el calendario”, reclama.
MEDIAS TINTAS
Esther, 33 años. Tiene una pequeña empresa de comunicación y contratada a otra persona. Cree que todos los sectores van a verse afectados de forma coyuntural y en comunicación, tanto interna como externa, “las previsiones dejan poca luz”, a pesar de que no sabe el impacto económico real que puede tener esto para su agencia.
“Para ser sincera, las campañas que tenemos entre manos siguen desarrollándose con bastante normalidad este mes. Mi foco está puesto a partir del mes que viene” detalla. Caso aparte es el tema de los eventos porque conllevan una presencia física. Esto les ha obligado a retrasarlos y replantear el presupuesto contemplado para packs que incluían comunicación y acciones de marca.
“De cómo evolucione la situación estas próximas semanas va a depender todo lo demás”, siendo consciente de que comunicación y marketing suelen ser sectores de los que las empresas prescinden, en primer lugar, en tiempos de crisis.
Su plan actual es ahorrar. “Voy a acumular el pago de toda la facturación pendiente posible y reducir los gastos al mínimo, también calendarizarme tareas que el confinamiento me permite desarrollar con agilidad: redefinir textos, copys, actualizar presentaciones, localizar nuevos contactos”. En definitiva, darle forma a la estrategia comercial a desarrollar de aquí a varias semanas y sobre todo, mantener una presencia digital activa para reforzar su marca personal.
EL ÉXITO DE LA PANADERA
María, 42 años. Tiene un horno, hace pan y dulces en un pequeño pueblo. La situación actual le ha beneficiado y su trabajo ha subido porque como medida de prevención, muchos supermercados han decido retirar estos productos de la venta y además, porque las personas no pueden salir de casa.
Entonces los vecinos le llaman por teléfono, le hacen encargos y está recibiendo «más pedidos que nunca”. Cuando acaba los lleva a domicilio. Por suerte va a facturar este mes mucho más que los anteriores, pero teme que cuando termine el confinamiento le llegue a ella la crisis.
En su opinión, sus clientes estarán deseando salir de casa y se darán el paseo a los grandes establecimientos de la capital. “Ahora voy a sobrevivir porque en mi pueblo nadie quiere desplazarse para comprar pan, y aunque yo no compito con las grandes empresas, cuando termine esto habrá más oferta”.
Ella también ha decido “hacer un poco de hucha” por lo que pueda pasar.