España es un país a dos velocidades en muchos ámbitos. Siendo las infraestructuras y el transporte uno de los puntos de fricción; y Extremadura una de las comunidades que sufre esta circunstancia. Pero el gran problema es que ni siquiera el empeño del Gobierno pone remedio a tal situación.
La semana pasada mediante publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) se supo que el Ejecutivo de Mariano Rajoy quiere avanzar en el proyecto del AVE que une Madrid con Extremadura. Aunque los aplausos se tornaron en desánimo al ver que, simplemente los informes para determinar la situación, se dilatarán en el tiempo (más todavía).
Sobre el estudio concreto, cuenta con un presupuesto de licitación de 975.000 euros y se enmarca dentro del Plan de Infraestructuras, Transporte y Vivienda 2012-2024. En cuanto a su trascendencia, fue el propio ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, el que anunció en su visita a la ciudad de Talavera de la Reina (Toledo) el pasado 13 de julio la licitación de un nuevo estudio informativo para obtener la declaración de impacto ambiental para el tramo Madrid-Oropesa de la línea de alta velocidad Madrid-Extremadura.
El objetivo que marca este documento es analizar el tramo urbano de Talavera de la Reina, para permitir la llegada de la alta velocidad a la ciudad; la integración de la ciudad de Toledo en este eje ferroviario, para aumentar su demanda potenciar y crear una oferta de servicios ferroviarios más atractiva y con mejores frecuencias, y, como resultado final, la conexión de la línea de alta velocidad Madrid-Extremadura con la red existente de mercancías en el entorno de Madrid.
No obstante, el proceso se prevé lento, y no hay fechas concretas para el posterior inicio de las obras, por lo que Extremadura, que gran parte de la infraestructura en su región la ya tiene desarrollada, seguirá a la espera de unir con alta velocidad la capital con su región. Algo que, a nivel industrial y turístico, supone un lastre.
El (no) turismo de Extremadura en el frente
Una de las vertientes de esta polémica, junto a la propia incomodidad que sufren miles de extremeños en sus desplazamientos, tiene que ver con el turismo y la riqueza que genera. Así lo ha puesto de manifiesto Ciudadanos Extremadura mediante su portavoz, Victoria Domínguez, que junto a los problemas ferroviarios de este verano por los diferentes retrasos y averías, el turismo también sale perjudicado.
Si queremos que el turismo sea uno de los ejes de desarrollo y empleo en Extremadura no solo hay que tener unas infraestructuras turísticas adecuadas sino también unas infraestructuras de comunicación del siglo XXI«, ha precisado la portavoz de Ciudadanos. Sobre esta cuestión, Victoria Domínguez ha alertado del riesgo de que «todo el esfuerzo de promoción que se haga puede venirse abajo y verse empeñado si los trenes se averían, un día sí y otro no”.
La situación encaja a la perfección con las proclamas del CEO de Ryanair, Michael O’Leary, cuando la semana pasada instaba al Gobierno a generar destinos alternativos a las grandes ciudades. Para eso, lógicamente, las infraestructuras son clave.
Trujillo, Guadalupe, Mérida o Cáceres son destinos obligados para cualquier turista
Actualmente, por ejemplo, la ruta de autobús para conectar Madrid con el corazón de Badajoz son más de 5 horas. Y además habría que hacer algún trasbordo con otro autobús regional. Por lo que causa un gran rechazo para cualquier turista que viaja a Madrid desplazarse a Extremadura.
Eso en una región con grandes joyas culturales y artísticas. Destacan el monasterio de Guadalupe, donde está enterrado el hermanastro de Isabel de Castilla; la localidad de Trujillo, conservando su esencia histórica; así como la romana Mérida; o la ciudad de Cáceres y su eterno casco antiguo.
¿Todo eso merece quedar al margen de los turistas por un AVE que parece no llegar a Extremadura? Por el momento todas las fechas han quedado en papel mojado. Ahora habrá que esperar a este estudio y, más adelante, ver cómo se tramita la gestión de las obras. Eso, siempre que no cambie el color del Gobierno central en Madrid y haya cambio de planes.