Los humanoides sobresalen en tareas predecibles y repetitivas, y ¿qué podría ser más predecible y repetitivo que la muerte? En Japón, una empresa de moldeo de plástico llamada Nissei Eco (que también hace arreglos funerarios, supongo) planea presentar el humanoide Pepper de SoftBank como un sustituto más barato para los sacerdotes humanos que leen sutras en los funerales budistas.
El costo promedio de un funeral en Japón es de entre dos y tres millones de yenes, según el estudio más reciente de la industria, que tiene casi una década de antigüedad. Eso supone entre 21.180 € y 24.160 €, lo cual es dos veces o incluso tres veces más caro que el funeral promedio en los países de la UE. Como la mayoría de las cosas, gran parte del costo está relacionado con el hecho de que hay seres humanos involucrados que tienes que pagar por estar allí porque seguramente estarían en otro lugar.
Nissei Eco está ofreciendo el robot humanoide pequeño, blanco y agresivamente brillante, adecuadamente ataviado con el manto de un monje budista, como un complemento opcional en su menú a la carta de servicios fúnebres. El humanoide puede cantar sutras de cuatro escuelas budistas japonesas importantes, se puede configurar para transmitir la ceremonia a cualquier persona que no puede estar allí en persona, y parece ser capaz de inclinarse cuando sea apropiado. Por lo menos con el livestreaming, el humanoide ofrece una característica que la mayoría de los seres humanos no pueden. Y con un coste de 50.000 yenes (unos 381 €) por funeral, el robot cuesta «mucho menos que las ofertas de efectivo típicamente hechas a los sacerdotes budistas», según el Japan Times.
No es una gran sorpresa que Japón sea el mercado inicial para un servicio robótico como este, aunque será interesante ver si el negocio tiene continuidad o no. Ciertamente, hay una cuestión de si hay aspectos particulares de una determinada religión que, por cualquier razón, dependen de un ser humano real vivo para impregnarlos de significado. Hay algunas subdivisiones del budismo (incluyendo el budismo tibetano) que animan el uso de tecnologías como las ruedas de oración para ayudar a hacer la oración más eficiente: girar una rueda de oración (que incluso se puede hacer eléctricamente), creen, tendrá un efecto espiritual similar a recitar la oración inscrita en ella.
La población de Japón está envejeciendo rápidamente; una de las consecuencias de esto es una creciente industria fúnebre (de ahí la necesidad de sacerdotes robots asequibles), pero también significa que Japón está muy enfocado en encontrar maneras de poder atender de manera adecuada y respetuosa a las personas mayores. Por necesidad, esto va a significar robots. Muchos robots. Si el humanoide puede ser aceptado como sacerdote, podemos esperar que eso signifique que los robots serán aceptados como cuidadores también.