Es posible que desde hace tiempo te ronde por la cabeza la idea de poner un negocio en marcha, pero eso de ser autónomo te dé un poco de vértigo. Has oído miles de cosas sobre lo complicado que lo tiene este colectivo y eso te asusta. Pero, admítelo, también te seduce la idea de ser tu propio jefe y hacer realidad tu sueño.
No te vamos a mentir, ser autónomo no es nada fácil. No solo vas a tener que atender a tu negocio, también hacer gestiones y trámites administrativos, llevar la atención al cliente, emitir facturas, acordarte de tributar a tiempo… Y al mismo tiempo puede ser una experiencia muy gratificante que te haga crecer personal y profesionalmente. Vamos a ver 5 razones que te quitarán las ganas de darte de alta en el RETA y otras 5 que harán que vayas corriendo a hacer los trámites para iniciar tu actividad.
1Una cuota de autónomo que no se ajusta a las ganancias
Lo que pagas a la Seguridad Social no lo haces en función de tus ganancias reales, sino en base a una cuota de cotización que has elegido libremente. Puedes cambiar tu cuota de cotización hasta cuatro veces al año, pero en el mejor de los casos acabarás pagando casi 300 € al mes, así que es posible que tu actividad no sea tan rentable como esperabas.
Se ha hablado mucho de ajustar la cotización a los ingresos obtenidos, pero todavía no se han dado pasos en este sentido. Lo que está claro es que ahora mismo tienes que asumir un gasto fijo todos los meses, con independencia de lo que hayas ganado. Podrías estar en pérdidas y aún tendrías que pagar una elevada cuota mensual de cotización.