Mariano Esteban, jefe del Grupo Poxvirus y Vacunas del Centro Nacional de Biotecnología del Consejo Superior de Investigaciones Científica (CSIC), miembro del Consejo Asesor de la Fundación Gadea y uno de los mayores expertos en virus en España, explica que es muy difícil que un virus, tampoco el nuevo coronavirus, se propague a través de objetos como paquetes o el dinero en efectivo.
Esteban señala que el virus, para «fijarse», necesita estar en contacto con una célula hospedadora y mientras no está en contacto con este tipo de célula el virus es muy poco estable y se degrada en poco tiempo, perdiendo el material genético.
Los billetes, añade, se contaminan con bacterias, no con virus, que no tienen efectos adversos en la población. Relata que las bacterias están presentes en nuestro entorno y convivimos normalmente con ellas, pues tenemos resistencia inmunitaria natural.
Es difícil, insiste, que el virus se propague a través del dinero efectivo, pues para fijarse necesita de una célula y unirse al receptor ACE2 (angiotensin converting enzyme 2) para luego penetrar en su interior y multiplicarse; en caso contrario no tendría fijación y sería muy poco estable con degradación en poco tiempo de su material genético, una molécula de ácido ribonucleico (ARN) de unos 30.000 nucleotidos.
El investigador del CSIC recuerda que, en general, los virus se van degradando en ausencia de una célula hospedadora y sólo es estable el virus si se almacena en condiciones de frio, incrementando su viabilidad con la mayor reducción de la temperatura (-20ºC, -70ºC).
Por todo ello, insiste en lo improbable del contagio a través de billetes. En el caso de otros objetos o superficies, como barandillas o manillas de puertas que una persona infectada con coronavirus u otro virus de la gripe haya tocado recientemente con su mano después de estornudar, explica que es previsible que sea en ese momento cuando otra persona se puede contaminar si se lleva la mano a la boca/nariz. Por ello, se recomienda lavarse bien las manos.