No vamos a negarlo, las cotizaciones a la Seguridad Social son uno de los principales gastos que deben asumir los autónomos, y esto puede llegar a suponer un problema si el nivel de ingresos no es muy alto. De ahí que una gran mayoría de trabajadores por cuenta propia hayan decidido cotizar por la base mínima para ahorrar en sus gastos mensuales.
Escoger la base de cotización mínima tiene ventajas como poder disfrutar de la tarifa plana a 60 € durante 12 meses y las bonificaciones previstas para los meses posteriores y también pagar mensualmente una cuantía que está por debajo de los 300 €. Pero, a cambio, optar por este tipo de cotización también tiene una serie de inconvenientes que vamos a ver en este artículo.
1Prestaciones bajas en caso de IT
La incapacidad temporal es una situación en la que los autónomos y los empleados por cuenta ajena no pueden trabajar por haber sufrido un accidente o estar padeciendo una enfermedad, con independencia de si el origen de los mismos tiene o no que ver con la actividad laboral. En el caso de los trabajadores autónomos ahora es obligatorio cotizar tanto por contingencias profesionales como por contingencias comunes.
Sin embargo, aunque los trabajadores por cuenta propia tienen derecho percibir un prestación en caso de IT, lo cierto es que la cuantía que cobran es muy baja si han cotizado por la base mínima. Esto un un problema, puesto que si un autónomo no puede trabajar es posible que la cuantía que vaya a percibir por incapacidad temporal no sea suficiente para cubrir sus necesidades, ya que cobrará entre un 60% y un 75% de su base de cotización según la causa de la baja.