El actual confinamiento en los hogares por cuarentena, puede provocar un intenso malestar psicológico en mucha personas. Convivir con la familia, aislarse en soledad, afrontar el miedo y llenar las horas del día sin salir de casa. Esta nueva rutina hace que se disparen un sinfín de emociones negativas. Es importante tener en cuenta los aspectos psicológicos de este encierro obligado, ya que de ello dependerá que esta medida extrema sea exitosa. La limitación de movimientos y la distancia social requieren el compromiso y la responsabilidad de las personas que van a pasar muchas horas encerradas en sus casas.
1ANSIEDAD Y CLAUSTROFOBIA: CÓMO NOS AFECTA LA CUARENTENA
Ahora mismo los sentimientos de la mayoría de los ciudadanos confinados son un cóctel con muy mal sabor. Estas son las emociones a las que debemos hacer frente, tras el estado de alerta.
- Pánico colectivo. Lo hemos visto en las aglomeraciones de los supermercados y el éxodo de muchos ciudadanos a regiones hasta entonces menos afectadas. La alarma de una pandemia provoca reacciones que transmiten un pánico contagioso. Por eso es fundamental racionalizar todo lo posible y apelar al sentido de la responsabilidad social, por el bien común y por solidaridad con los afectados y colectivos más vulnerables.
- Confusión. Internet ha extendido un sinfín de bulos, mentiras e información contradictoria acerca del coronavirus, que añaden una dosis de miedo, ansiedad y confusión. La mejor recomendación es evitar la sobreinformación y asegurarnos de que esta provenga de fuentes fiables. Ignoremos los audios alarmantes que nos llegan por Whatsapp.
- Incertidumbre. Los contagios numerosos están haciendo que las situaciones, noticias y medidas cambien de un momento a otro, algo que aumenta los niveles de estrés. Todo esto aumenta el cansancio, los nervios y la irritabilidad de las personas. A lo que hay que añadir la incertidumbre laboral. Lo único que podemos hacer ante esto, es no anticipar situaciones negativas y vivir el momento, cuidándonos y manteniendo la calma.
- Indefensión. Es normal que la población sana se sienta indefensa ante esta alerta sanitaria, a lo que se añade la sensación de falta de control por una cuarentena obligatoria. Es importante tener presente en todo momento, que es una medida de protección y que además es temporal.