A todos nos gustan las pipas de girasol. Parecen ser el tentempié perfecto cuando estamos viendo una película, para acompañar una conversación y, sobre todo, cuando éramos más pequeños. Sin embargo, ¿cómo de buenas son para nuestro organismo?
Existen varias razones para ingerirlas. Siempre de forma controlada, no hay nada de malo en comer unas cuantas. No obstante, el problema que suelen presentar es que, una vez que empiezas, no sabes realmente cuándo parar. Y lo que iba a ser coger un par termina acabándose la bolsa por completo.
Y es que lo malo es que también existen algunas razones por las que es mejor mantenernos lejos de ellas. Por ello, hay que tener especial cuidado si es que vamos a introducirlas en nuestra cesta de la compra. Descubre 5 razones por las que sí tomar pipas de girasol y otras 5 por las que es mejor evitarlas a toda costa.
1Las pipas de girasol mejoran nuestro ánimo
Ricas en proteínas, las pipas de girasol contienen varios componentes como aminoácidos, entre los que destaca el triptófano. Este es precursor de la serotonina, el cual a bajos niveles se relaciona con enfermedades depresivas y obsesivas.
Por ello, algunas investigaciones afirman que este aminoácido en concreto puede ser bueno para mejorar el estado de ánimo. Sobre todo, en mujeres con síndrome premenstrual o personas que sufran depresión.
Eso sí, siempre es necesario comer el producto junto con otros alimentos ricos en carbohidratos. Estos ayudarán a mejorar la absorción, ya que otros aminoácidos podrían combatir con el triptófano para su transporte a nuestro cerebro.