La aerolínea británica Flybe se declaró este jueves en quiebra tras no poder asegurar un rescate financiero por parte del Gobierno de Reino Unido y ante el impacto económico del brote de coronavirus.
La mayor aerolínea nacional, con base en el aeropuerto de Exeter, evitó la liquidación en enero, cuando el Gobierno de Boris Johnson manifestó su apoyo a la intervención estatal, tras lo que sus propietarios inyectaron capital adicional.
Sin embargo, las perspectivas de una posible recuperación cayeron a medida que el coronavirus se propagaba por el mundo, lo que provocó una fuerte disminución en los viajes.
«Como resultado de los procedimientos de insolvencia, Flybe dejó de operar y ya no puede volar ni aceptar reservas», ha asegurado el administrador EY en un comunicado.
La compañía empleaba a unas 2.400 personas y «lamentablemente, ha sido necesario despedir a la mayor parte de la fuerza laboral», ha informado.
Puesto que la mayoría de las rutas de Flybe transportan pasajeros entre destinos del Reino Unido, la Autoridad de Aviación Civil no organizará vuelos de repatriación como los que se realizaron para devolver a turistas que quedaron en otros países cuando Thomas Cook Group quebró el año pasado.
«Hay capacidad en el mercado para que las personas viajen con otras alternativas de aerolíneas, trenes y autocares», han remarcado.
En la página web de la aerolínea ha dejado de estar operativa este jueves y solo informa sobre la quiebra y los pasos a seguir para clientes y empleados.
«Si va a volar con Flybe, por favor no viaje al aeropuerto a menos que haya concertado un vuelo alternativo con otra aerolínea», insiste la compañía en su web.