El Fichero EFICAZ (Exclusiones de Financiación para Conductas Adictivas y Juegos de Azar) es una iniciativa pionera a nivel europeo para limitar el acceso a financiación inmediata a las personas con adicción al juego. Y ha sido impulsada por la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados (FEJAR) y la Asociación Española de Fintech e Insurtech (AEFI) , que cuentan con el respaldo del Ministerio de Consumo y la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ).
Dentro de AEFI, ha sido Creditea, la fintech de soluciones de crédito a medida para los consumidores, quien ha liderado su puesta en marcha. Su objetivo es limitar el acceso a financiación a través de una herramienta que ayuda a la compañía a proteger a un segmento de la población que se encuentra en situación de vulnerabilidad.
El número de personas adictas a los juegos de azar y apuestas va en aumento y la adicción lleva en ocasiones a generar un problema de sobrendeudamiento. Por eso, Creditea, siguiendo los principios del préstamo responsable ha optado por esta medida, que actúa como un filtro para sus procesos de identificación y aumenta la protección de los consumidores.
Las personas adictas al juego, así como sus familiares, pueden inscribirse de manera voluntaria a este registro para evitar poder solicitar un crédito en un posible momento de recaída. Y si lo intenta, la empresa recibe automáticamente un aviso de que debe denegar el crédito de forma anonimizada, es decir, sin más explicaciones.
CRÉDITO ONLINE ¿AMIGOS O ENEMIGOS?
El Fichero EFICAZ es un claro ejemplo de que, más allá de las cantidades prestadas, que pueden ir desde los 50 euros de un microcrédito hasta los 5.000 € de las compañías más consolidadas, lo que más diferencia a unas y otras empresas de crédito online es la forma que tienen de operar.
Y es que el sector financiero va hoy más allá de los bancos y de los establecimientos financieros de crédito (EFC). Las fintech han irrumpido con fuerza desde hace un par de años en este mercado y a veces no es fácil distinguir cuáles son sus diferencias.
Su componente tecnológico les permite conceder de forma muy rápida y fácil un crédito, pero esta facilidad puede suponer un riesgo para el cliente si la compañía no analiza cuidadosamente su endeudamiento, nivel de riesgo y cuál es la cantidad que podrá devolver cómodamente sin que el crédito solicitado le suponga un problema.
Las empresas de crédito online sirven para que una persona pueda acceder a la financiación que un banco no atendería, ya sea porque las cantidades son pequeñas y no representan un negocio interesante para ellos, o porque el solicitante presenta un nivel de riesgo superior a los muy estrictos requisitos que exige la banca tradicional, ya que son entidades aversas al riesgo.
Pero estas empresas online, a la hora de tomar la decisión de aceptar sus clientes, tienen que establecer sus propias reglas y basar su modelo de negocio en atraer a clientes que necesitan financiación y sí pueden devolverla. Modelos de negocio basados en dar dinero gratis y cargar intereses sobre intereses, en caso de retraso del pago de las cuotas, no es sostenible para la empresa ni aceptable desde el punto de prácticas de préstamo responsable.
Un ejemplo de práctica responsable sería comprobar si quien solicita un crédito online tiene ingresos recurrentes, cuál es su nivel de endeudamiento y pedir cuanta información sea necesaria para verificar lo que el solicitante ha declarado. De la misma manera, no se debería conceder crédito a personas que aparezcan registradas en ficheros de deuda (por ejemplo, ASNEF). Estos son dos claros ejemplos de cómo evitar el sobreendeudamiento de las personas que aplican a estos créditos online.
Ahora bien, esta preocupación conlleva muchos esfuerzos y más tecnología en el proceso de scoring o análisis del perfil del solicitante, y no todas las empresas de crédito online están dispuestas a invertir en ello.
RESPONSABILIDAD DOBLE
Sin embargo, también tiene que haber responsabilidad por parte de los clientes. Aunque estas empresas tienen un sofisticado control de fraude y mucha tecnología en los procesos de admisión, a veces se les puede escapar algún detalle. El no solicitar el dinero cara a cara donde poder aportar toda la documentación físicamente, hace que sea un proceso mucho más rápido y ágil, pero este proceso 100% online conlleva más riesgo de cara a la empresa.
Por eso el cliente debe ser responsable en el proceso de solicitud de su préstamo, entregar la información requerida para poder hacerle un estudio de solvencia personalizado, leer las condiciones del contrato en detalle, asegurarse de haber entendido lo que está contratando, decidir si puede asumir lo que tiene que devolver y responsabilizarse de pagar las cuotas tal y como aparece en el contrato que firma.
Pero, sobre todo, es el cliente el que debe tener la responsabilidad de no pedir dinero a una empresa para pagar el crédito de otra porque está generando un “efecto bola de nieve” de sobreendeudamiento que no beneficia ni al consumidor ni al sector.
En este sentido, Creditea también apuesta por la educación financiera con iniciativas como becas de formación para asegurarse de que los usuarios comprenden los compromisos que asumen al contratar un producto financiero. Así, fomentando la responsabilidad de los clientes y apostando por las buenas prácticas es como las empresas de crédito online pueden llevar sanear su sector y mejorar su reputación.