«La gente no necesita asesoría financiera todos los días». Son palabras del Presidente de ING, Ralph Hamers, con las que pone punto final a la eterna discusión sobre la necesidad que tiene la entidad naranja de abrir nuevas oficinas para competir en igualdad de condiciones. Muestra de que no le hacen falta son los últimos datos en nuestro país: más de 3,6 millones de clientes (un 5% más en el último año).
Un trabajo que ha realizado con 26 sucursales abiertas en nuestro país, con las que -asegura- cubre el 80% de la economía del país. Es decir, que en las principales ciudades -dice el CEO- tienen entre dos y cinco oficinas. Tiene su lógica, no hay que olvidar que si en una oficina no se llevan a cabo ‘transacciones’, el cliente no necesita acudir personalmente porque puede hacerlo de forma digital; es decir, hacen falta menos locales bancarios en las calles.
Una curiosa forma de responder a la principal preocupación que tienen los clientes de ING, ¿qué va a pasar con los cajeros? No hay que olvidar que el banco en España tiene un acuerdo con el Popular -la principal red de la que dispone- para que puedan sacar dinero sin comisiones. Ahora la cosa puede cambiar, si Ana Botín y su equipo consideran necesario que haya un cambio. Sin embargo, por ahora, en ING no se inquietan y aseguran que no habrá ningún tipo de modificación en las condiciones.
El futuro
La apuesta del grupo es enteramente digital; en Alemania acaban de estrenar un sistema denominado «Banking to Go» en el que se pueden desarrollar distintas operativas bancarias. Y en España han invertido en Fintonic, una aplicación de finanzas personales. El objetivo de ING -según se comentó en la presentación a los analistas- es convertirse en el banco por excelencia de los clientes. De este modo, aspiran a poder controlar todas las cuentas de sus clientes, con independencia del banco con el que trabajen, algo que ya se está haciendo en la app para clientes de retail. Es decir, en la que llevamos tú y yo en el bolsillo.
Un movimiento que les permitirá conocer más en profundidad los hábitos de «consumo» en el sector financiero. De este modo, ING quiere empezar a ampliar la gama de productos de ahorro e inversión que ofrece; abriendo el abanico a terceras partes. De hecho, el propio Hamers reconoce que «esperamos un amplio crecimiento en la parte de inversión, gracias a nuestras relaciones primarias y a nuestros asesores financieros digitales».