No hay gloria sin sacrifico. El sector inmobiliario español se da golpes en el pecho desde hace meses. Han reactivado diversos mercados que estaban estancados, y han puesto dinero sobre otros tantos. Un ejemplo son los centros comerciales, que parecían olvidados. La consecuencia lógica es una deuda cuya evolución habrá que seguir de cerca.
Según un informe publicado por el departamento de análisis de Bankinter, la deuda de los principales actores del sector inmobiliario, entre socimis y promotoras, se eleva por encima de los 11.000 millones de euros a mitad de año.
En concreto, la fotografía de la deuda neta queda de la siguiente manera: Merlin, que todavía no ha presentado resultados semestrales, lastraba en sus cuentas en los tres primeros meses del año un total de 4.450 millones de euros. Le sigue Colonial con 3.552 millones; LAR España, tiene una deuda de 591 millones; Hispania alcanza los 484 millones; y por último, entre las principales socimis, Axiare Patrimonio con 481 millones de euros.
Por lo que respecta a las promotoras, que este año han vuelto a la palestra mediática, Realia elevó su deuda hasta los 725 millones. Mientras, Neinor Homes, que ha sido actualidad por su salto al mercado, cierre la primera mitad del año con una deuda de 301 millones. InSur se queda en 170 millones; y Quabit 165 millones de euros.
Lo importante del inmobiliario es crecer
Estos datos que ofrece la oficina de análisis de Bankinter solo muestran el reflejo de una importante actividad inversora en los últimos años. Esto, de manera sobrevenida, provoca una deuda que, por el momento, parece controlada.
Tanto, que algunas como Colonial todavía tienen margen de maniobra para seguir comprando. Por ejemplo, como se supo a principio de año, la socimi tiene previsto seguir en Barcelona con su actividad inversora. Mientras, el otro gran actor del mercado inmobiliario, Merlin, también seguirá paseando su chequera, aunque lo hará con más calma. Tras las adquisiciones de Metrovacesa y Testa, la compañía liderada por Ismael Clemente pondrá la lupa en sus próximas adquisiciones. La etapa de crecer a lo ancho puede darse por acabada.
El mercado tiene un objetivo claro
La situación para el mercado inmobiliario español, según estiman desde Bankinter, mantiene una tendencia de crecimiento para los próximos meses. Así, estaría acelerando su fase de recuperación en términos de demanda y precios. De este modo, la demanda residencial alcanzará un volumen cercano a 550.000 viviendas en 2018, impulsada -añaden- por la mejora del empleo y las favorables condiciones de financiación.
También tienen claro que 2017 seguirá siendo mejor momento para la compra que 2018. Por ello, la mayor demanda, una oferta limitada y el auge del alquiler seguirán presionando los precios al alza. Esto conllevará incrementos moderados (+4%), una vez que las áreas premium han alcanzado máximos precrisis y los ratios de esfuerzo financiero para la compra vuelven a ser exigentes.
Por lo que respecta a la actividad promotora, lo tienen claro: está de vuelta. La reducción del stock, el crecimiento en los visados de obra y los planes de inversión de nuevas promotoras acelerará la nueva producción en 2018.
En cuanto al segmento comercial, las oficinas mantienen un notable potencial y las rentas continuarán creciendo de forma consistente en Madrid y Barcelona tanto en (CBD) como en nuevos distritos. Sobre los niveles de inversión, los analistas de Bankinter creen que deberían ralentizarse en 2018 con respecto a los máximos del primer semestre de este año, una vez que los yields se acercan a mínimos y el diferencial de rentabilidad con la renta fija comience a reducirse.