Tres meses después de que pudiéramos ver cómo la conexión entre China y USA fuera positiva y los tratados comerciales, financieros y de apoyo ante enemigos comunes, como es el caso de Corea del Norte, llegara a una buena senda, vuelven los desacuerdos entre las partes. Así, la última gran reunión para tratar asuntos de índole económica no ha llegado a buen puerto, siendo la conclusión de la misma un desequilibrio entre las partes con puntos de vista enfrentados, principalmente, ante un desequilibrio comercial, sin llegarse a establecer un discurso conjunto en la misma línea.
El reequilibrar las transacciones comerciales con China es punto clave para seguir estableciendo una primera posición jerárquica por parte de Estados Unidos en el comercio internacional. La brecha comercial existente, en este momento, entre USA y China es notable, China pretende compartir del déficit comercial y USA una cooperación constructiva para estrechar el diferencial.
Trump sigue con su encrucijada patriótica y remarca la idea de devolver a Estados Unidos al primer lugar del comercio mundial.
El primer tratado queda aún alejado, y los compromisos de reducción de capacidad, principalmente en industria siderúrgica no se ha cumplido, lo que lleva al nuevo gobierno estadounidense a plantearse de nuevo el poner aranceles y cuotas de importación.
Las expectativas por parte de Estados Unidos, tal vez no eran muy realistas y el equilibrio por parte de China no sea tan rápido y eficaz como pensaba la Casa Blanca. En estas discrepancias surgidas a partir de este desencuentro, provoca que se revoque todo lo establecido anteriormente y surjan nuevas negociaciones.
Las exportaciones estadounidenses se han incrementado de una manera sustancial en los últimos años, por el contrario las importaciones procedentes de China se han expandido de una manera mucho más agresiva, provocando un déficit comercial muy importante.
Por la parte estadounidense, tienen la intención de equilibrar de manera justa, equitativa y recíproca. Achacando una competencia desleal por parte de China que no se sostiene a través de un libre comercio natural.
Las negociaciones se presumen duras y las diferencias se irán estrechando en un dialogo continuado. El paso positivo para la política comercial estadounidense es que ha sabido llegar al bando político chino que apoya la reforma de una apertura mayor.
Mientras tanto podemos ver como esta noticia no ha influenciado a ningún mercado de renta variable, y menos a la renta variable norteamericana que sigue cosechando máximo histórico prácticamente de manera diaria.
Jorge López, analista de XTB