El rey de la noche madrileña por excelencia, Pedro Trapote, es también el empresario de oro con su mítica Chocolatería San Ginés, que cada vez cuenta con más locales. Pero no corre la misma suerte con el Teatro Barceló, para el que no encuentra un nuevo comprador y mantiene el cartel de ‘Se vende’ desde el pasado mes de abril.
Trapote es propietario de la sala Joy Eslava desde 1981, una de las salas más conocidas del centro de Madrid y por la que han pasado estrellas internacionales, así como la realeza española. Tanto es así que hasta el sobrino del Rey de España, Felipe Juan Froilán, ha colaborado con la discoteca repartiendo flyers.
TEATRO BARCELÓ
Trapote vio el filón en los activos de la noche madrileña y años después se interesó por otra de las salas de moda en el momento, la discoteca Pachá, que la adquirió en 1996 por 800 millones de pesetas. En concreto, el edificio Barceló, que así se llama, estuvo desde 1980 hasta 2013 ocupado por la discoteca, y actualmente se mantiene como un club de fiesta.
El edificio fue construido en la década de 1930 con el arquitecto Luis Gutiérrez Soto y en sus inicios fue una sala de cine y un teatro, pero en 1980 se convirtió en la exitosa sala de fiesta que reunía a la jet set madrileña y los mejores DJ del momento.
Desde su adquisición, el Grupo Trapote ha realizado numerosas reformas del edificio, una de las más famosas fue la inauguración de la mítica planta de El Cielo de Madrid. Además, la gestión de la sala pasó a manos del hijo del empresario, Pablo Trapote, quien se ha encargado de llevar a cabo las mejoras hasta el momento de ponerlo en venta en el mes de abril de 2019.
25 MILLONES
El edificio Teatro Barceló, una de las señas de referencia de la movida madrileña, cuenta con seis plantas de altura y una superficie útil de unos 3.200 metros cuadrados. Según fuentes del mercado, la venta del inmueble podría alcanzar los 25 millones de euros.
TC Gabinete Inmobiliario actúa como asesor de esta transacción, pero ha declinado hacer declaraciones para este medio, ya que “se trata de una operación muy delicada y muy confidencial”.
Según fuentes del sector, la operación se plantea bajo la fórmula de sale & lease back, es decir, compra y posterior alquiler del edificio. Pero aún se desconocen detalles de la operación, ni qué posibles compradores pueden estar interesados en este activo.
SAN GINÉS
Pedro Trapote se dio cuenta de que los clientes de Joy acababan la noche en San Ginés cuando la discoteca cerraba, por lo que decidió comprar esta chocolatería para ampliar su negocio. De hecho, en Navidad habilitan la discoteca por la tarde para seguir repartiendo chocolate con churros.
Poco a poco la chocolatería se ha ido apoderando del pasadizo San Ginés, ya que empezó con una sola cafetería. En la actualidad, justo al lado de la chocolatería se sitúa un local take away para los clientes que prefieran disfrutar del chocolate sin sentarse o que se lo llevan para tomar fuera.
También cuenta con otra chocolatería en la Plazuela de San Ginés, La Escondida, y la nueva adquisición ha sido en la calle Coloreros, un nuevo local para poder atender a todos los clientes.
Desde San Ginés explicaron al diario El Mundo que “llevamos seis años de crecimiento. Servimos de 25.000 a 30.000 churros al día y, en 2019, más de dos millones de personas han pasado por la chocolatería”.