Corría el año 1987. Chema Hoyos era un joven de 17 años que cursaba su último año de COU (el actual 2º de bachillerato). Su familia no pasaba por un buen momento económico y se vio obligado a contribuir con un pequeño salario.
Así que se puso manos a la obra en busca de un trabajo. No había hueco para los estudios; y mucho menos para combinarlos con un empleo. Faltaban horas en el día para hacerlo. Pero es que, además de echar una mano a la familia, «también quería pasármelo bien y cuando llegase el fin de semana tener algo de dinero para poder gastarlo con mis amigos”.
Encontró un puesto como mensajero en prácticas de Halcón Viajes. Jamás pensió que 30 años después sería director general de Globalia, el grupo que engloba a Air Europa, Halcón Viajes y Viajes Ecuador, entre otras.
Comenzó en la oficina de Alcobendas, en donde por un problema logístico no podían emitir los billetes de RENFE. Él era el encargado de recogerlos en otras agencias de viaje y llevarlos a las empresas que compraban los billetes. Un mensajero que día tras día se desplazaba de un sitio a otro en una moto que la empresa le obligó a comprar y que le costó mucho más de lo que cobraba al mes.
Era un chico cualquiera, un joven que quería sacarse unas ‘perras’. Sin embargo, el empresario Cipri Quintas, propietario de valordeley.es y amigo de la familia Hidalgo (propietaria de Globalia), vio en él un gran potencial, un diamante todavía sin pulir. Éste le inculcó una serie de valores. Le dijo que debía aspirar a ser empresario, a tener su propia agencia de viajes. Con 19 años que tenía por aquel entonces, Chema le tomó muy en serio. Aun así, se dejó asesorar y empezó a tomarse su trabajo de una forma más seria. Cambió su vestimenta para mostrar una apariencia más formal ante los clientes, se convirtió en agente de viajes y fue formándose en técnicas de venta.
Un cambio y unos esfuerzos que dieron su fruto. Una llamada del Director de Recursos Humanos de Halcón Viajes le abrió las puertas a su primer puesto de director, un cargo al que pocos llegaban. Eso sí, tendría que dejar a su familia y amigos para poner rumbo a Jaén.
Aunque la idea le daba un poco de miedo, su entorno le aconsejó que lo hiciera, le dijeron que era una gran oportunidad y que en no mucho tiempo volvería a Madrid como director de sucursal. Así fue. Con sólo 19 años se convirtió en el director más joven de la red y del sector turístico.
Ahora recuerda ese traslado no sólo como una oportunidad laboral, sino también como algo personal. Le sirvió para aprender a buscarse la vida y hacer cosas que antes le resultaban impensables. Las buenas ideas que vieron en él pronto comenzaron a florecer. La primera, y descabellada por aquel entonces, fue pedirle a la empresa de autocares de Halcón Viajes un autobús pintado con la imagen del grupo. Se lo llevó, lo estacionó en una plaza de la ciudad andaluza, compró champagne, unos vasos e invitó a una copa a toda persona que pasase por la plaza. Con ello les felicitaba también la navidad. Hoy recuerda con alegría la cara de asombro de la gente porque era la primera vez que alguien regalaba algo sin esperar nada a cambio.
La vuelta a casa no tardó en llegar. Una nueva llamada del director de Recursos Humanos tres meses después le hizo volver a empaquetar sus cosas. El director de la oficina de Alcobendas (su ex jefe) se había ido a la competencia y vio en Hoyos el mejor relevo. “Según me lo estaba diciendo ya estaba yo saliendo de Jaén y volviendo a mi casa”, sonríe.
Empezó a trabajar de botones con 17 años y con 19 ya era director de una sucursal
Al nuevo puesto le siguieron más responsabilidades y más trabajo. En su primer año como director en Alcobendas sólo competía con otras dos agencias y una de ellas terminó por echar el cierre. Los clientes buscaron un nuevo escaparate y, la gran mayoría, se desviaron a la oficina de Hoyos. El trabajo se fue acumulando día sí y día también.
“Teníamos colas todos los días, terminábamos muy tarde de atender al último cliente (como a las diez de la noche) y después teníamos que hacer la caja (a mano)”. Entre una cosa y otra – y siempre que la caja cuadrase- salía de su trabajo a las 12 de la noche. La situación podría ser pesada pero al espíritu y ansias de superación que reinaban en esa oficina, en la que trabajaba un equipo joven, le daba igual. “Si salíamos tarde nos íbamos después a tomar una copa… éramos un equipo de verdad”, recuerda.
Terminó por cogerle el gusto a la responsabilidad. La oficina de Alcobendas se le quedaba pequeña y enseguida empezó a mirar zonas y mover los hilos para abrir una nueva. Puso el foco en uno de los puntos con más afluencia de compradores, el centro comercial número 1 en visitas, el de La Vaguada. Las negociaciones llegaron a buen puerto y abrió la que después fue una de las oficinas más rentables que Halcón Viajes tuvo en su historia. Así, Chema Hoyos consiguió ser pionero en otro asunto, dirigir dos sucursales.
El joven empresario
Su etapa directiva comenzó cuando no había cumplido la veintena. La de empresario con sólo 24 años. En 1994, el empresario Jesús Nogal, que tenía el touroperador Nogaltour, le ofreció abrir una agencia de viajes junto a otros dos socios. Pusieron en marcha cuatro establecimientos (tres en Madrid y uno en Albacete) a los cuales llamaron Viajes Tiempo. Fue aquí donde se encontró con la primera piedra en un camino de rosas. Uno de los socios les robó. La única salida después de ello fue vender el negocio. El comprador fue Viajes Marsans, pero los responsables del grupo no dejaron que Chema Hoyos se fuese, le pidieron que se quedase trabajando con ellos. Y así fue. Durante dos años ocupó la dirección de grupos y grandes colectivos. En 1999 volvió a Globalia, el grupo en el que comenzó y más creció profesionalmente.
De vuelta en Halcón Viajes pasó por diversos puestos. El primero fue la dirección comercial del departamento de MICE, el cual se encargaba de la organización de eventos, convenciones e incentivos para Volvo Cars España, Mercedes Benz, Telefónica de España, Aegon Seguros… Allí estuvo hasta 2003. Al año siguiente lo hicieron director nacional de empresas de Halcón Viajes y, entre 2004 y 2006, director de Contratación Transporte.
La vuelta del hijo pródigo
Después de casi 20 años en el sector de las agencias de viaje, Chema Hoyos dio el gran paso al de las aerolíneas, aunque sin salir del grupo en el que empezó. En 2006, Air Europa estaba pasando una mala racha protagonizada, entre otras cosas, por varios despidos. Echaron al subdirector general, al director comercial y al jefe de ventas. Es decir, a todos aquellos que se dedicaban a comercializar la compañía aérea.
Fue en una reunión en Palma de Mallorca cuando María José y Javier Hidalgo lo llevaron a su despacho. Allí le comunicaron que tendría que irse a Air Europa como subdirector general de ventas y marketing. Y sí, se lo dijeron. No le dieron opción a rechazarlo. “Al principio lo rechacé porque llevaba toda la vida en la agencia de viajes minorista y no tenía ni idea sobre compañías aéreas”. Eso implicaría su mudanza a Palma. Sin embargo, lo gracioso del asunto fue que Hoyos les pidió unos días para comunicarle la nueva noticia a su mujer. La respuesta fue negativa, “empiezas ahora” le dijeron.
Fue a partir de ahí cuando llegaron sus mayores carreras a la cima de una montaña de la cual se cayó hace apenas unos meses. En 2007 ocupó la subdirección general de Air Europa. Comenzó siendo el responsable de ventas y marketing para llevar después toda la subdirección general de la compañía. Al terreno en el que había trabajado durante años y en el cual se sentía a gusto le añadieron nuevas responsabilidades como la calidad, la seguridad, el mantenimiento, planning… todo lo que envuelve una compañía aérea y reportaba directamente a María José Hidalgo, directora general e hija de Pepe Hidalgo.
Paso a paso escaló peldaños y siempre sin apartarse del grupo. En 2014, Pepe Hidalgo le ofreció la dirección general de la división minorista de Globalia (Halcón Viajes, Viajes Ecuador y Tubillete.com). Esa fue su última andadura en la empresa. En noviembre de 2016, Javier Hidalgo se convirtió en el consejero delegado de todo el grupo y se llevó con él al director general de Pepephone, Pedro Serrahima. Este último también se llevó a su equipo a los puestos más relevantes de Air Europa. Le ofrecieron la dirección de expansión del grupo en Latinoamérica, un cargo que a Hoyos no le interesó. Prefirió salir del grupo.
Ahora, a sus 47 años, Chema Hoyos se encuentra sin trabajo. Sin embargo, tiene dos o tres proyectos en mente. Por el momento, no quiere dar pistas sobre la nueva aventura en la que se embarcará. Lo único que sí sabemos sobre ello es que estarán relacionados con las nuevas tecnologías. Y es que si su trayectoria es tan intensa como su hasta ahora vida profesional nos deparará muchas sorpresas.