Tras casi nueve años de guerra, los bombardeos se han convertido en algo habitual en el día a día de los habitantes sirios. Esto ha hecho que padres como Abdullah al-Mohammad, un ciudadano de Idlib, al noroeste de Siria, se las hayan ingeniado para que su hija no tema ante las bombas que caen a diario.
Este padre evita que su hija Sawa, de apenas cuatro años, se asuste con el ruido de los bombardeos. En un vídeo que se ha hecho viral estos últimos días, se ve al padre preguntar: ”¿Es un avión o es una bomba?”. ”¡Una bomba!”, dice eufórica la pequeña, antes de romper a reír. “Es muy gracioso, ¿verdad?”, insiste el padre. “Sí, es muy gracioso”, responde la niña.
Como si de la película de La vida es bella se tratase, este sirio no quiere que su hija pierda la sonrisa. Al igual que el librero Guido Orefice hacía cualquier cosa para que su hijo, Giosuè, no se enterase de lo que era realmente el Holocausto, Abdullah no quiere que el conflicto que se vive en Siria destruya la infancia de su hija pequeña. Como si de un juego se tratase, por cada rugido y cada deflagración, una risa grabada en vídeo para aliviar la angustia.
Cada vez que escucha una bomba, esta niña siria de 4 años se ríe porque piensa que es un juego. Familias atrapadas en conflictos que tienen que hacer magia para crear refugios para sus hijos/as. pic.twitter.com/l7mdTgVF2B
— CEAR (@CEARefugio) February 17, 2020
Tras la viralización del vídeo, el diario The Independent le ha realizado una entrevista al padre en la que ha asegurado que le cuenta a su hija que los ruidos vienen de aviones de juguete y que usan armas de mentira, por lo que no tiene porque asustarse. “Los niños están sumidos en una crisis psicológica por los bombardeos. Pensé que podía convertirlos en una fuente de felicidad”, ha objetado Abdullah.