Las viviendas inteligentes ya están aquí, pero llevan consigo un cambio de hábitos por parte de los propietarios, que deben acostumbrarse a que la domótica pensará por ellos. De este modo, se reducirá el sobrecalentamiento en el hogar y se alcanzará el confort térmico.
Pese a su elevado precio, la vivienda sostenible está en auge no solo por utilizar materiales renovables y pinturas ecológicas, sino por el control de la temperatura que ofrecen. Para lograr una mejor regulación térmica en el interior del hogar, estos edificios cuentan con una fachada con aislamiento en envolvente opaca para reducir la fuga del calor y del frío.
Estas edificaciones sostenibles también cuentan con protección solar, persianas automáticas y ventanas altamente eficientes. Todo ello para evitar que el calor traspase fácilmente al interior de la estancia y se produzca un sobrecalentamiento.
LA DOMÓTICA AL ALZA
Durante la presentación del Estudio Climático en Viviendas, organizado por Knauf Insulation, Knauf, Zehnder y Griesser en colaboración con la Universidad de Vitoria, los expertos han explicado que estas mejoras suponen un ahorro en la factura eléctrica del 38% y del 52% en la refrigeración.
Sin embargo, hay que tener en cuenta ciertos inconvenientes: en las viviendas con alto revestimiento se debe airear a diario las estancias para evitar que se alcancen altas temperaturas en verano, y en invierno se debe poner la calefacción para evitar problemas de humedades.
Para los expertos, lo más importante en las edificaciones sostenibles es el diseño de un edificio teniendo en cuenta la orientación, la protección de huecos mediante medidas pasivas como el control solar dinámico y el aislamiento de la envolvente. Todo ello es clave para evitar las consecuencias del sobrecalentamiento, que se traducen en un disconfort térmico y un elevado consumo energético en el interior de la vivienda.
DISCONFORT TÉRMICO
De este modo, el informe se basa en una comparativa entre un edificio normal, con el aislamiento habitual, y un edificio sostenible, ambos construidos el mismo año y ubicados en Madrid, zona favorable por presentar un clima dual con alta demanda de calor y frío. Uno de los datos que se desprende es que los hogares domotizados necesitan un 30% menos de refrigeración.
En cuanto a los meses de invierno, en la vivienda mejorada es suficiente con un arranque de la calefacción durante pocas horas, mientras que en el inmueble sin mejoras se necesita encender la calefacción durante mayor número de horas.
De hecho, los expertos han delimitado que hay un total de 1.489 horas al año de disconfort, las horas que el hogar no alcanza el confort térmico, y se reduce a 711 horas anuales si se añaden mejoras en la vivienda, lo que supone una reducción del 55%.
Por otro lado, los expertos hacen especial mención a los calurosos meses de verano. Calculan que el gasto en refrigeración es incluso aún mayor al gasto en calefacción en invierno, y señalan que la necesidad de refrigeración en el edifico mejorado es mucho menor que en el otro, con un gasto que puede ser de hasta un 50% menos.
TRUCOS PARA AHORRAR
Hay ciertos hábitos que pueden influir en el abaratamiento de la factura eléctrica. Como es bajar las persianas durante las horas de calor, y airear la vivienda durante la noche. De nada sirve abrir las ventanas cuando más calor hace en el exterior, o dejar las persianas subidas para que se calienten los cristales y haga aún más calor.
En una comparación entre clientes que cuentan con aparatos de refrigeración y los que no, los expertos aseguran que los propietarios sin sistemas de refrigeración reducen de 2.300 horas a 400 horas de disconfort en un edificio mejorado. Mientras que en los hogares con refrigeración pasan de 1.200 horas a 21 horas de disconfort si fueran viviendas domotizadas.
Por tanto, el edificio mejorado consigue mejores resultados tanto en invierno como en verano utilizando aparatos de menor potencia. De media, el ahorro en la factura se sitúa en el 38% en calefacción, y del 50% en refrigeración.
Otro dato que se desprende del estudio es que en los edificios inteligentes se reducen entre un 40% y un 96% las horas de sobrecalentamiento.