El próximo día 26 de julio el presidente del Gobierno y del Partido Popular, Mariano Rajoy, tendrá que sentarse ante el juez. Lo hará, eso sí, sentado en el lateral donde se encuentran los abogados y los fiscales, es decir, no frente al tribunal, lo que evitará la foto del testigo –porque lo hace en calidad de testigo, no de imputado- con los acusados detrás. Era una de las imágenes que más temía el PP, que se viera a Rajoy y detrás a los Correa, Bárcenas y compañía.
Pero no va a ser así. A pesar de todo, lo que más teme el PP es, precisamente, la foto de Rajoy en el Tribunal, mucho más que lo que pueda decir o no decir. Y eso que son también conscientes de que tanto los fiscales como los abogados de las partes y los propios jueces del tribunal le van a preguntar de todo, sin limitarse a los hechos que se juzgan.
Ahí saldrán los papeles de Barcenas, los mensajes, los pagos de la ‘caja B’, etcétera, etcétera. Es por eso por lo que pese a estar muy seguro de sí mismo, Mariano Rajoy está preparando esa comparecencia, además de con sus abogados, con equipos de Moncloa y de Génova 13 –sede del Partido Popular-, para evitar declaraciones confusas e, incluso, que ninguna palabra suya pueda interpretarse a posteriori como una mentira, puesto que eso es lo que debe evitar a toda costa. Aunque sea testigo, no puede mentir.
Lo que también espera el PP es que la declaración de Rajoy vaya acompañada, fuera del edificio, por una multitudinaria manifestación que ya se está convocando en las redes sociales, así como que el hecho de que el presidente comparezca ante un tribunal de justicia sea utilizado para pedir la inhabilitación, no ya de Rajoy, sino del propio PP.
“Van a pedir que se nos ilegalice… Ya lo están haciendo, y no solo desde Podemos, también desde el PSOE, el propio Pedro Sánchez lo afirma a diario. Lo primero es decir eso de que hemos ido a las elecciones dopados por la corrupción, y lo siguiente pedir que se ilegalice al único partido serio que ahora mismo en España”, dicen fuentes del PP. Con todo, el único respiro que le queda a Rajoy y al PP es que la comparecencia se produce a las puertas del mes de agosto, y que las vacaciones diluirán el impacto de la misma.