Angela Roig y Trinidad Roig, hijas de Paco Roig y sobrinas del ilustre empresario valenciano Juan Roig, siguen engordando sus cuentas corrientes gracias a Inversiones Javioli, la compañía dedicada al alquiler de bienes inmobiliarias que en su día gestionaban ambas. Así, en el último año natural, desde el 15 de enero de 2019, han retirado de la compañía (a través de reducciones de capital) algo más de un millón de euros.
La última operación, se produjo este pasado 16 de enero cuando la firma notificó al Registro Mercantil una nueva retirada del capital social de la firma por valor de 438.000. En principio, un movimiento en los fondos propios de una compañía podría darse por diferentes razones, la más normal, es que finalizado el año se ajuste con el resultado del ejercicio anterior. En el caso de que haya beneficios se incrementa, a través de reservas, y en el caso de registrar pérdidas se reduce, para compensar. Pero, en el caso de Inversiones Javioli la salida de fondos ha sido continuado a lo largo del año.
Así, la primera salida de capital fue a mediados de enero del año pasado, por un valor de 262.200 euros. No sería la única, puesto que unos meses más tarde ejecutaría otra reducción de fondos de 300.000 euros. Por último, quedan los 438.000 euros de la semana pasada. Con todo ello, sus fundadoras han ido limando el montante patrimonial hasta poco más de 24,7 millones de euros.
La firma comenzó su andadura en 2006, cuando Angela Roig junto a su marido Javier Reyzabal Gómez (proveniente de la familia Reyzabal, que en el siglo pasado amasó un inmenso patrimonio al calor del ladrillo y que desgraciadamente murió en 2012). Con el objeto de prestar servicios «en la gestión, y administración, de capitales, negocios, patrimonios inmobiliarios». La compañía comenzó a crecer en pleno 2013 aprovechando la profunda crisis por la que transitó España dejó un gran número de inmuebles a precio de saldo.
En apenas un par de años, la compañía ya rozaba los dos millones de euros como capital social. Aunque el salto cualitativo llegaría en 2017, con la inyección de más de 20 millones de euros en la firma. Un año antes, Ángela había dado entrada a su hermana Trinidad como administradora, convirtiendo la empresa en un importante brazo inversor en el sector. De hecho, el aporte se realizó a mediados de abril y poco después adquirió uno de los edificios más simbólicos de Valencia. Situado entre las calles Corregeria y Purísima, que durante años ha sido sido la sede de la asociación laica Acción Católica.
A pesar de todo, y del capital retirado, las cuentas no le terminan de salir a ambas. Así, tiene imputadas pérdidas operativas por valor de 151.800 euros en el 2017. Al que se le suman, también en números rojos, el 2016 y el 2015. La razón es la escasa cifra de volumen de negocio que declara, que en 2017 apenas ascendió a 4.728 euros, aunque después si refleja ingresos más altos en forma de ingresos financieros y como ‘Variación de valor razonable en instrumentos financieros’. Esto último, abre muchos interrogantes sobre la empresa y su uso por parte de las ‘sobrinas Roig’.