Casavo, la inmobiliaria italiana que aterriza en España para revolucionar el mercado

Casavo llega al mercado inmobiliario español, después de revolucionar el italiano. La firma transalpina ha creado un holding empresarial con el que empezar a operar en España, según consta en el Boletín del Registro Mercantil. La firma ha patentado un modelo de negocio innovador y de éxito, gracias a su concepto de venta instantánea, iBuyer, de inmuebles que ahora pretende recrear en el territorio nacional. El sistema se sostiene debido a que la tecnología que ha desarrollado, un motor que contiene cerca de un centenar de variantes, es capaz de otorgar un valor razonable de una propiedad y gestionar inmediatamente una oferta de compra. Todo lo anterior, limita la incertidumbre y los riesgos, dos aspectos muy valorados por el mercado.

La firma está terminando de perfilar su estructura societaria en España. Así, el pasado 20 de noviembre registró Casavo Subholding Spain, como matriz de lo que será el grupo, bajo el cometido de: «Adquisicion, tenencia y enajenacion de participaciones y acciones representativas del capital social de otras sociedades de capital, ya sea con el carácter de socio único, mayoritario o minoritario”. Pocos días después, el 26 de noviembre, creó Casavo Management como pilar a su negocio inmobiliario. De hecho, el cometido de esta última es el de «la prestación de servicios de gestión, marketing, consultoría y, en general, servicios de apoyo a propietarios de activos inmobiliarios».

El último movimiento de la firma transalpina ha sido la de registrar, también ese mismo día, el vehículo legal con el que realizar todos los movimientos que supone su negocio core, esto es el inmobiliario. Así, la sociedad vehículo Casavo Alpha Spain surge para «la compra de terrenos, inmuebles y partes de inmuebles por cuenta propia (…) en todos los casos con el fin de venderlos». También abre la puerta a operar con el suelo, al igual que con las viviendas, puesto que también describe como objeto social «la urbanización y parcelación de terrenos y solares y construcción de edificios». Al frente de la compañía se situará su fundador, Giorgio Tinacci, acompañado por Juan Gabriel Uribe Barbachano.

Con ello, Tinacci ha cumplido uno de los objetivos que tenía en mente la compañía: su desarrollo en el sur de Europa. En concreto, en una de las últimas entrevistas que concedió el empresario italiano, al medio Startup Business, declaró que Casavo «siempre ha tenido una ambición regional y nunca exclusivamente nacional: nuestro enfoque es el sur de Europa. En este sentido, Grecia, el sur de Francia, España y Portugal son todos mercados que tenemos en cuenta para nuestros planes futuros». Un mes después de sus palabras, la compañía ya contaba con un entramado propio en nuestro país.

CASAVO: FUNCIONAMIENTO EFICAZ, PERO NECESITADO DE CAPITAL

El modo de funcionamiento parece sencillo, y en eso reside se éxito. Una vez el cliente que desea vender su vivienda ha recibido la valoración, la oferta sale de la misma Casavo, se ejecuta la venta directamente a la propia compañía. Una vez aceptada, la propiedad finalmente se renueva y se vende al siguiente propietario. En el proceso se pueden comprobar distintos elementos importantes: por un lado, el único actor que realmente asume riesgos es la propia firma, lo que libera a los clientes. Por otro lado, se beneficia de su mayor ventaja tecnológica y de ejecución, que es capaz de reducir el tiempo de venta.

Todo lo anterior genera valor para el cliente y a su vez se convierte en el éxito de la proptech. Una consecución que se puede comprobar rápidamente con los datos que está obteniendo. De hecho, en apenas año y medio de vida Casavo había cerrado más de 50 negocios inmobiliarios y tiene alianzas estratégicas con 700 agencias inmobiliarias en Milán y Roma. Además, a mediados del año pasado extendió su red a Turín y Florencia.

Aunque dicho modelo de negocio tiene un problema: la fuerte necesidad de capital. Puesto que adquirir viviendas, por muy rápido que pueda venderlas, consume capital y genera stock que no siempre es fácil de gestionar. Más si cabe, cuando la firma está creciendo a una velocidad de crucero. Por suerte, por el momento, cuenta con el beneplácito de los inversores. De hecho, en su última ronda de negociaciones, celebrada en octubre, recibió 100 millones de euros en fondos: 50 millones de euros en financiación serie B, 20 millones de euros en fondos propios y 30 millones de euros en deuda. Además, cuenta con la participación de inversores como Picus Capital, 360 Capital Partners, Kervis Asset Management o Boost Heroes.