Departamentos financieros y asesorías andan a la carrera estos días para cerrar las cuentas del ejercicio 2019. Cada euro cuenta, cada partida tiene su importancia en el balance y cualquier ayuda es buena para mostrar la mejor imagen contable de la empresa.
Lo más habitual es que el ejercicio económico de la empresa se inicie el 1 de enero y concluya el 31 de diciembre. Sin embargo, no hay que confundirlo con el cierre de la contabilidad, que se realiza normalmente entre el 1 de enero y el 31 de marzo del año siguiente.
Cada maestrillo tiene su librillo, pero hay una serie de consejos que nunca está de más tener en cuenta:
– Ver el cierre anual como el cierre de los doce meses. Es decir, si el empresario cuenta con los cierres mensuales y puede revisarlos, le resultarán de gran utilidad para ver el estado de la compañía sin sustos.
– Homogeneizar todos los procesos económicos. Mantener el mismo criterio contable a lo largo del año es imprescindible a la hora de hacer comparativas y analizar los saldos de cada cuenta.
– Tener organización. El buen contable no deja un proceso tan complejo e importante para el último momento. Hay que planificar el trabajo y ser como la hormiga de la fábula.
– Provisionar los gastos correctamente permite paliar los efectos de los riesgos. La coherencia y la prudencia son buenos consejeros para los CFO y contables.
– Aprovecha la ayuda de la tecnología. Una vez seleccionadas las herramientas que se adaptan a tu tipo de empresa, exprímelas al máximo. Por ejemplo, la solución financiera BilliB es útil tanto para pagadores como para cobradores. En el primer caso, por la mejora de su EBITDA que proporcionan los ahorros en las cuentas a pagar. Para los segundos, la posibilidad de anticipar un cobro permite disponer de mayor liquidez en un momento puntual, o bien reducir el periodo medio de cobro a clientes o DSO de forma recurrente. Con la ventaja añadida de que el “coste” del anticipo es un descuento y no un coste financiero, por lo que también se ahorrarán el IVA correspondiente a dicho importe descontado.
En resumen, de cara al cierre y presentación de cuentas es muy interesante anticipar cobros, y esa estacionalidad la aportan soluciones como BilliB que pueden ponerse en marcha de un día para otro, sin costes fijos ni complejos desarrollos.
– Una vez cerrado el ejercicio, es hora de analizar los datos. Todo el esfuerzo realizado para cuadrar el balance no debe quedar en un cajón, las lecciones aprendidas son la mejor escuela de negocios. Estudiar los aciertos y analizar los errores permitirá redundar en los primeros y evitar los segundos en próximos ejercicios.
Por tanto, el cierre de un ejercicio no es solo un requisito financiero y fiscal que todas las empresas deben realizar. Si se hace con vistas de futuro, puede convertirse en una gran herramienta de diagnóstico y resorte para un futuro de éxito.