Un equipo internacional de investigadores ha reconstruido el rostro y el cerebro de una momia egipcia de 3.500 años de antigüedad, revelando una técnica de embalsamamiento único.
Los restos pertenecen a Nebiri, un dignatario egipcio que vivió bajo el reinado del faraón de la XVIII dinastía Thutmoses III (1479-1425 a.C.), constituido por una cabeza bien preservada y jarras canópicas que contienen los órganos internos.
La momia de Nebiri se hizo famosa hace dos años cuando le diagnosticaron el caso más antiguo de insuficiencia cardíaca crónica.
«Tenía entre 45 y 60 años cuando murió», afirmó Raffaella Bianucci, bioantropóloga de la Sección de Medicina Legal de la Universidad de Turín. «Su tumba en el Valle de las Reinas fue saqueada en la antigüedad y su cuerpo deliberadamente destruido».
En 1904, el egiptólogo italiano Ernesto Schiaparelli encontró lo que quedaba de la momia, ahora realojada en el Museo Egipcio de Turín.
Ahora, después de su profanación, Nebiri ha vuelto a la vida a través de la medicina forense moderna. Utilizando la tomografía computarizada y técnicas de reconstrucción facial, los investigadores produjeron una impresionante aproximación facial.
Nebiri aparece como un hombre con una nariz prominente, mandíbula ancha, cejas rectas y labios moderadamente gruesos.
«La reconstrucción es agradable, pero esto no es solo arte para los ojos«, dijo Philippe Charlier, patólogo forense y físico antropólogo de la Universidad de París 5. «Es un serio trabajo forense basado en las últimas técnicas de reconstrucción facial y tejidos blandos sobre la superposición del cráneo. Más allá de la belleza, hay una realidad anatómica.
Los datos químicos preliminares presentados en el Congreso Mundial de las Momias celebrado en Río de Janeiro en 2013 mostraron que los vendajes de lino habían sido tratados con una mezcla compleja de grasa animal y aceite vegetal, una planta balsámica o aromática, resina de coníferas y resina de Pistacia calentada. Las tomografías computarizadas recientes revelaron que las vendas se insertaron cuidadosamente en casi todas partes de la cabeza, en la nariz, los oídos, los ojos y la boca.
La cabeza momificada de Nebiri es el resultado de un «embalaje perfecto«, explicaron Bianucci, Charlier y sus colegas en un artículo publicado en la revista Forensic Science, Medicine and Pathology.
Un embalaje adicional se introdujo en la boca para rellenar las mejillas.
«El meticuloso envase creó una barrera para proteger al cuerpo de la colonización de insectos, al mismo tiempo que tenía un propósito cosmético, permitiendo que las características faciales y el cuello mantuvieran su apariencia original«, dijo Bianucci.
Intrigantemente, las tomografías computarizadas mostraron un pequeño agujero en una estructura ósea parecida a un panal conocido como la placa cribriforme, que separa la cavidad nasal del cerebro. Sin embargo, el cerebro no fue sacado.
«Dado el meticuloso tratamiento de la cabeza, se puede especular que la perforación de la placa cribriforme no se realizó para extraer el cerebro, sino para insertar el lino envolvente», aclararon los investigadores.
De hecho, todavía se pueden observar fragmentos de tiras de lino dentro del tejido cerebral deshidratado.
Utilizando los datos de la tomografía computarizada, los investigadores pudieron realizar una reconstrucción de la superficie del cerebro en 3D, lo que les permitió reconstruir tejidos blandos destruidos o modificados por alteraciones post mortem.
«No se detectaron anomalías anatómicas», dijo Bianucci.
El tratamiento elaborado de la cabeza es como el embalsamamiento encontrado en la pareja no real Yuya y Thuya, observaron los investigadores. El análisis de ADN realizado en 2010 identificó a la pareja como los bisabuelos de Tutankamón.
«Fuimos capaces de añadir fuerza al argumento de que Nebiri pertenecía a la alta élite de Egipto«, dijo el primer autor del estudio, Robert Loynes, del Centro KNH de Egiptología Biomédica de la Universidad de Manchester en Inglaterra.
Loynes señaló que la cabeza es un raro ejemplo de un tratamiento funerario de alto rango de un individuo no-real de principios de la XVIII dinastía.
«Es un hallazgo único que precede a los desarrollos vistos en los reyes, reinas y parientes de la XVIII a la XX dinastía», dijo Loynes.
Dario Piombino-Mascali, antropólogo de la Universidad de Messina en Sicilia, que el próximo mes comenzará una campo de verano sobre momias en Sicilia (dando a los estudiantes la experiencia de campo investigando momias), encontró sorprendente que la cabeza sola pudiera revelar tanto sobre la momificación.
«Utilizando una combinación de técnicas no invasivas, los investigadores han podido encontrar un tratamiento particular del cerebro, que no requiere su eliminación«, dijo Piombino-Mascali, quien no está involucrado en el estudio.
En la encrucijada de la antropología forense y la osteo-arqueología, la investigación abre nuevas posibilidades para el estudio de las momias.
«La reconstrucción del cerebro se produjo a partir del archivo Dicom dde tomografía computarizada y, por lo tanto, podría ser reproducido en cualquier otra momia que habiera sido escaneada por tomografía computarizada», dijo Loynes.