Que Pedro Sánchez no quiere que vuelva a ocurrirle lo que le pasó el 1 de octubre pasado, es más que evidente. El primer paso para evitarlo ha sido acaparar casi todo el poder en la estructura federal del PSOE, y dejar fuera de los órganos internos del partido a casi todos sus críticos. Pero su plan para controlar por completo la vida interna del PSOE pasa ahora por intentar hacerse con el poder de las federaciones regionales, en algunos casos en pugna evidente con los barones que le hicieron frente en su día.
Pero no va a resultarle fácil. De entrada, el sanchismo ni se plantea hacer frente a Susana Díaz en Andalucía y la actual presidenta será reelegida con una amplia mayoría al frente del PSOE-A en el Congreso Regional que se celebrará en las próximas semanas. Lo mismo ocurre en Extremadura, aunque en este caso la razón es distinta: después de haber sido uno de los críticos más duros con Sánchez, Fernández Vara ha dado un vuelco y ha capitulado y respaldado al reelegido secretario general, por lo que su continuidad está asegurada.
¿Y que pasa con los otros cuatro barones críticos: Lambán, Fernández, García Page y Ximo Puig? Empezando por el primero, todavía no ha anunciado su candidatura, pero en Ferraz son conscientes de que es difícil enfrentarse a quién ya tiene el poder. Además, la que podría haber sido su competidora, Susana Sumelzo, ha optado por venir a Madrid lo que deja la oposición a Lamban huérfana de liderazgo.
En Asturias ocurre algo parecido con Adriana Lastra, aunque en este caso el anuncio de Javier Fernández, ex presidente de la Gestora, de no continuar al frente del PSOE le deja el camino libre a Adrián Barbón, un hombre muy próximo a Lastra y apoyado por Ferraz. En la sede socialista también son conscientes de que lo tienen muy difícil en Castilla-La Mancha, nadie se atreve a hacerle sombra a Emiliano García-Page, por lo que esa federación seguirá en manos de un crítico.
Sánchez no quiere que le ocurra como en el pasado, por lo que prepara ya el control de las federaciones territoriales
La batalla más dura se va a librar, sin embargo, en la Comunidad Valenciana. Ximo Puig está apostando todo para continuar al frente de la federación, pero tendrá que disputarle el cargo al alcalde de Burjassot, Rafael García, si es que éste consigue los avales necesarios para presentarse. Pese a que García está muy bien relacionado con la nueva dirección de Ferraz, fuentes de la misma negaron haberle impulsado a presentar la candidatura, aunque tampoco le hayan desanimado a hacerlo, pero en Ferraz saben “que va a ser una confrontación dura y difícil porque Puig tiene mucho poder”, y esta haciéndolo valer para no perder el cargo.
De hecho, si Puig se mantiene al frente de la federación valenciana, Sánchez sabe que va a ser ahí donde tenga en el futuro una mayor oposición a su acción política. En el resto de las federaciones donde también se celebran congresos es mucho más probable que se imponga el sanchismo, incluida Madrid donde no repetirá la hasta ahora secretaria general y alcaldesa de Getafe, Sara Hernández, que dará un paso atrás a favor de José Manuel Franco, apoyado por Ferraz.