Con los meses de verano por medio, nos surgen las dudas sobre la mejor decisión posible para invertir nuestros ahorros, con distintas alternativas en la renta fija y renta variable. En esta tesitura, comentamos el funcionamiento de la gestión activa y de la gestión pasiva.
En el momento económico actual, la gestión pasiva roza niveles records, cercanos incluso al gran impulso alcista de los mercados en los años 1993-1994, que se prolongó hasta finales del año 2000 , debido a la burbuja de las punto com, y que significó la primera gran diferencia entre ambos tipos de gestión.
¿En qué consisten?
En los últimos años hemos vuelto a vivir un incremento exponencial de la inversión pasiva, que crece a unos ritmos desenfrenados en detrimento de la inversión activa. Actualmente, no han parado de crecer desde el ejercicio 2007, en Estados Unidos de hecho, los fondos pasivos han tenido entradas de 563 billones dólares mientras que los fondos activos sufrieron la salida de 326 billones de dólares.
La inversión pasiva suele ofrecer altos rendimientos en mercados alcistas, básicamente porque replican a los índices de referencia, y lo hacen a costa de no gestionar el riesgo. Sin embargo cuando el mercado se da la vuelta, el coste en términos de rendimiento de la inversión pasiva va a sufrir esas caídas. Por el contrario en la gestión activa la finalidad es generar “alpha”, es decir, obtener el máximo beneficio posible, pero siempre teniendo en cuenta que quiere minimizar el riesgo de pérdida, y da mucho mejores resultados cuando el mercado cae.
La inversión pasiva pervierte una de las funciones básicas de los mercados financieros
La mayor desventaja de los fondos de gestión activa está principalmente en las comisiones que tienen, y en la calidad y el buen ojo del gestor. Mientras que en la gestión pasiva es que replicaremos algunas acciones que estén en caída libre (caso reciente del Popular).
La inversión pasiva, podría estar pervirtiendo una de las funciones básicas de los mercados financieros, ya que cada vez pesa menos el fundamento del negocio de las compañías. Esto permite que compañías que no están bien gestionadas puedan subir en bolsa porque los índices a los que pertenecen suben gracias a la buena gestión de otras compañías, y los índices que ponderan en función de la capitalización todavía agravan más la situación. A día de hoy, esta situación la tenemos en el Nasdaq Americano, en el que unos pocos valores como son Apple, Google, Microsoft, Amazon y Facebook representa ya más del 40% de todo el selectivo a pesar de tener más de 100 compañías. Más concretamente, más del 42% del dinero invertido se distribuye en cinco compañías y el otro 58% entre las 95 empresas restantes. De ese 58% casi la totalidad se invierte en las siguientes 25 firmas por capitalización y tan sólo el 1% en las 70 restantes.
Así, por tanto, según la expectativas y opiniones del mercado que tengamos, podremos elegir entre distintas alternativas según la tendencia que tengan las bolsas.