Ryanair ejecuta el aviso de cierre de sus bases en Canarias que ya avanzó tras tres reuniones en Madrid, en el mes de septiembre, sobre el expediente de regulación de empleo (ERE) que la aerolínea low cost pondría en marcha el 8 de enero en las bases de Girona, Tenerife Sur, Las Palmas de Gran Canaria y Lanzarote. La compañía de bajo coste cumple el anuncio de cierre ineludible después de que no prosperase el acuerdo con los sindicatos. El cierre dejará en la calle más de 432 trabajadores. De estos, 327 serán tripulantes de cabina y 105 son pilotos. Tenerife y Girona serán las bases más afectadas, con 100 despidos en cada una de ellas, seguidas de Las Palmas, con 69 despidos, y Lanzarote, con 58.
Tal y como informaron ayer desde el sindicato USO y recoge el El Español, los trabajadores de estas bases “no tienen vuelos programados para hoy y lo más probable es que, a lo largo del día, reciban las cartas de despido que tendrán carácter efectivo a partir del día 23 de enero”. El sindicato espera el pronunciamiento de la Audiencia Nacional, ya que el pasado 20 de diciembre la organización interpuso una denuncia, puesto que las justificaciones que daba la aerolínea para el cierre de las bases y el despido de los trabajadores no estaba acreditado.
La aerolínea justifica los cierres en los retrasos en recibir los Boeing 737 Max y los efectos de un posible brexit duro, “a pesar de que la dirección financiera de Ryanair cuenta con un plan B que es Ryanair UK para esta situación”, sostiene el sindicato.
El 2020 será un año de fuerte impacto en para las aerolíneas europeas tras un 2019 marcado por las quiebras, los problemas con el modelo 737 MAX de Boeing y las incertidumbres que genera el modelo low cost. Estas tres circunstancias son las que han condicionado directamente en el modelo de negocio de Ryanair, haciendo tambalear parte de sus cimientos.
El éxito del modelo de Ryanair consiste en tener aviones volando constantemente y la gran mayoría en aeropuertos secundarios, donde muchas de sus rutas reciben subvenciones. Cada minuto que una aeronave está en tierra está perdiendo dinero. Por eso, el margen de tiempo entre que un avión aterriza y vuelve a despegar es muy ajustado. Cada céntimo está calculado al milímetro. Por ello, para hacer frente a todos los gastos sin subir el precio de los billetes necesita ingresos complementarios o ajustes laborales.
PROBLEMAS ECONÓMICOS
“Los principales operadores de Boeing, Norwegian y Ryanair, tendrán un menor crecimiento en 2020”, así lo afirman analistas de Bloomberg. Ryanair no es ajena al elevado precio del fuel ni a las convulsiones que sufre el sector aéreo –con muchas quiebras a sus espaldas–. Su estado financiero revela el fin del modelo low cost; al menos como lo conocemos actualmente.
La low cost registró un beneficio de 243 millones de euros en el primer trimestre de su ejercicio fiscal, finalizado el pasado 30 de junio, un 21% menos que el año anterior, debido a los fuertes aumentos en las partidas de costes. Entre estas, los gastos de personal aumentaron un 21%.
Por otro lado, mantienen la perspectiva de beneficios de entre 750 y 950 millones de euros para el año fiscal 2020. Pronóstico que podría verse incluso reducido por el impacto de los gastos asociados a las nuevas huelgas. Además, se trata de una previsión baja teniendo en cuenta que el año 2018 lo cerró con un beneficio neto de 1.450 millones de euros.