La dermatitis atópica es uno de los problemas más comunes de la piel por los que se acude al dermatólogo hoy en día. Esta enfermedad puede aparecer tanto de pequeños como de adultos.
Es una enfermedad molesta y crónica, pero que no se contagia. Hace que la piel se te vuelva escamosa y seca, no llega a ser una psoriasis, pero sí es molesta y pica. Las partes del cuerpo que más sufren a causa de la dermatitis son los codos, las rodillas, los brazos, las piernas o la cara.
Los brotes de dermatitis varían desde leves a graves mejorando en algunas épocas del año. En invierno es cuando las personas con dermatitis más sufren de esta afección tópica.
Rascarse es contraproducente por mucho que te provoque un alivio temporal. Es necesario mantener las uñas cortas y limpias en todo momento, más aún si son pequeños los que sufren dermatitis porque concienciarlo es más complicado. Si existe rascado nocturno es importante tomar precauciones para que no se hagan heridas y poner guantes si fuese necesario.
Veamos algunos trucos para evitar que la dermatitis termine con tus nervios.
1Agua
Las personas con dermatitis deben reducir su tiempo en el baño. Tomar una larga ducha es relajante, sin embargo, cuando tienes problemas de piel puede ser contraproducente.
Es recomendable darse duchas cortas de agua tibia. También debes escoger jabones con un PH neutro que no tenga demasiados químicos. Los jabones artesanales de aloe vera son recomendables para cualquier afectación tópica.
En verano la dermatitis mejora gracias al sol y a los baños en la playa. No obstante, si vas a la piscina el cloro puede ser perjudicial para tu enfermedad, por lo que debes salir y enjuagarte muy bien sin dejar que el agua de la piscina se te seque en la piel. Además, cuando acabes de enjuagarte deberías ponerte protección suficiente que también te sirva para hidratar la piel.