El mercado invernal ha abierto sus puertas con la entrada del 2020. Una oportunidad de enmendar los errores del verano, que a priori ignorarán tanto Real Madrid como Barcelona pese a las dudas que han sembrado en la primera mitad de temporada. Los principales aspirantes al título en LaLiga están más pendientes de posibles salidas que de compras de última hora. Futbolistas sin hueco buscan minutos y sobre todo el Barcelona parece receptivo a dejar marchar (en calidad de cedido) a algún futbolista como Carles Aleñá (irá al Betis). En el Madrid, con la puerta cerrada a Vinicius, sólo Brahim (casi siempre en la grada) es un aspirante a salir. Y eso que el conjunto blanco sabe mejor que nadie como exprimir económicamente este tipo de situaciones.
Hace poco más de un lustro que el Real Madrid se lanzó al abundante fichaje de jóvenes promesas, casi obviando su posición en el césped y si tenían cabida en una plantilla plagada por los mejores del mundo. Un plan, el de optar por cesiones, que ha resultado un éxito económicamente. Florentino Pérez ha prestado sólo esta temporada un total de 13 jugadores, más del doble que el Barcelona. Esos futbolistas, en su mayoría en una edad precoz, han elevado en total su valor de mercado en 75,5 millones de euros.
ODEGAARD, EL ARMA ECONÓMICA DEL REAL MADRID
El jugador que más rentable le ha salido esta temporada al Real Madrid es Odegaard. De estar ‘desaparecido’ en Holanda a convertirse en una sensación en LaLiga con su llegada a la Real Sociedad. Traducido en términos económicos, el futbolista ha pasado de tener un valor de 15 millones de euros en junio a costar 50 ‘kilos’ en estos momentos, según el portal Transfermarkt. Achraf (Dortmund), Ceballos (Arsenal) o Kubo también han engordado su peso en el mercado en más de diez millones de euros cada uno.
En el equipo blanco tan sólo Lunin, Jorge de Frutos y Javi Sánchez se han devaluado en el mercado. Pero las cifras tampoco son excesivamente relevantes. El portero del Valladolid es el que más ha caído, con 4,5 millones de euros menos de valor que en junio.
Los datos son evidentes: la estrategia le ha salido redonda al Real Madrid. Más allá de que algunos de sus jóvenes futbolistas estén cuestionados, como Vinicius (por su falta de puntería), lo cierto es que su plan de cesiones funciona. Sus jugadores crecen lejos de Chamartín mientras engordan su repercusión y se encarecen en el mercado. Y pese a ello, Florentino Pérez no tiene pensado dar salida a nadie, tras la lesión de piezas importantes y con muchas dudas tras cuatro meses, en los que el equipo yace segundo en LaLiga con un duelo complicado a la vista en Champions (ante el Manchester City).
LAS CESIONES LE SALEN CARAS AL BARCELONA
La situación es bien distinta en su histórico rival. El Barcelona, en los últimos seis meses, ha visto cómo se han devaluado en 18,5 millones de euros (en total) los futbolistas a los que dio en préstamo el pasado verano. De los seis jugadores que el equipo azulgrana tiene en propiedad sin militar en su plantilla, sólo uno ha fortalecido su económicamente su posición en el mercado: Marc Cucurella. El lateral zurdo ha engrosado su valor en cinco millones de euros en sólo seis meses tras su cesión al Getafe. No es una novedad, en el pasado deslumbró y demostró estar capacitado para retos importantes como los que afronta en este curso en el equipo madrileño.
Arda Turán y Oriol Busquets no han afrontado ningún cambio, aunque el turco si cayó de sobremanera en el pasado. El primero ha tocado fondo, pero del segundo esperan algo en los próximos meses, tras haberse erigido en uno de los muchos talentos que tiene La Masía.
Sin embargo, los otros tres jugadores cedidos han reducido su valor. En el caso de Juan Miranda, en proporciones insignificantes (-0,5 millones de euros). Más llamativa es la posición de Rafinha, del que se esperaba mucho en un Celta que ahora no levanta cabeza. El brasileño, en lugar de crecer, ha visto reducido en tres millones su valor de mercado tras ser incapaz de liderar al conjunto gallego. Aunque el mayor quebradero de cabeza de Bartomeu es Coutinho. El extremo, que pareció adaptarse rápido al Bayern, se devalúa cada semana. El Barcelona pagó más de 100 millones de euros por su fichaje y su valor se ha desplomado hasta los 70 ‘kilos’ (-20 en seis meses).
La mala experiencia en este ámbito es la que ha conducido a algunos aficionados del Barcelona a mostrar su enfado en redes sociales tras el anuncio de la cesión de Carles Aleñá al Betis. Lo lógico es que el talentoso mediocentro destaque en las filas del equipo verdiblanco, pero muchos seguidores prefieren que sea el Barcelona el que apueste fuerte, dado que su adaptación resultaría más sencilla. Un caso similar al de Riqui Puig, que apenas cuentas con minutos en el primer equipo, aunque la directiva (de momento) no quiere darle salida.
Las cesiones no siempre son una opción rentable de cara al futuro. El Barcelona da buena cuenta de ello. Mientras sus jugadores se hunden en otros equipos, el Real Madrid espera con ansia el regreso de figuras como Odegaard. Y si no encuentran su sitio en la plantilla, siempre quedará la venta. Esa es la vía que ha adoptado el conjunto blanco y que tan rentable le ha salido.