Cristina Cifuentes celebra estos días los dos primeros años de su mandato al frente de la Comunidad de Madrid. Su primer acto ha sido un desayuno informativo con lo más granado del empresariado y la política madrileña. Allí se ha podido ver a buena parte de los jerifaltes del Partido Popular, con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a la cabeza que ha actuado como presentador de la nueva lideresa. Un gesto que muchos interpretan como respaldo no sólo a su gestión al frente de Madrid, si no también a su proyección política de cara a los próximos años.
Atento estaba también el líder de Ciudadanos en la región, Ignacio Aguado, quien asistía atónito a las veladas críticas de Cifuentes por su «apoyo intermitente motivado por los intereses electorales». Así que en cuanto tuvo ocasión, el ‘ciudadano’ fue a hablar con todos los periodistas que se encontraban para explicar el papel de su partido, y la valoración que efectúa de estos dos años del pacto.
Hasta aquí normalidad, juego político…. Y como siempre, tiempo después para que algunos afortunados tengan ocasión de saludar a los ponentes. Rajoy y Cifuentes; interés por partida doble, claro está. Así que se pudo ver a un Presidente del Gobierno mucho más dicharachero que otras veces. Se quedó conversando en distintos grupos, aunque llamó la atención los breves minutos -pero intensos- que destinó en exclusiva al presidente de Endesa, Borja Prado.
Se les vio muy animados, con sonrisas y buen rollo. Del contenido de la conversación poco se sabe. No sabemos si conversaron de fútbol, ya que ambos comparten afición por el Real Madrid; la situación de Cristiano Ronaldo; o quizá algo más serio como -por ejemplo- el concurso de energías renovables que prepara el Gobierno. Quizá quiera ir acercando posturas para garantizarse que, en esta ocasión, obtiene mejores resultados que en el anterior; y eso que no fue malo del todo para Endesa. O quizá para que éste pidiera perdón, otra vez, por haber hecho un discurso ante Rajoy en inglés hace un par de años.
Sea como sea, un breve encuentro que, seguro, sirvió para que ambos demostraran en público la buena sintonía que mantienen a nivel personal. Veremos si también en lo profesional, pues a Prado todavía le escuecen algunas medidas adoptadas en torno al sector eléctrico por parte del ministro Nadal, a quien empiezan a hacerle la cruz dentro de las eléctricas. Sobre todo con las nucleares. No olvidemos que Prado está deseoso de reabrir Garoña, pero con los impuestos de Nadal va a resultar complicado. Primero por la pasta que cuesta reabrir, segundo por la tasa impositiva, y tercero porque Sánchez Galán no da su brazo a torcer. No le interesa la reapertura.