Que el señor lector me perdone por utilizar una palabra tan soez y ordinaria, como “cagada” para referirme a cada uno de los fracasos tecnológicos del gigante Google, pero es que no se me ocurría otro adjetivo para definir…, lo que son unas auténticas cagadas. Dejemos a un lado la falsa modestia del discurso y vayamos al grano.
El pasado mes de mayo tuvo lugar el Google I/O, y como es ya costumbre, y creemos que es una cuestión educativa, solo hablaron de sus éxitos e innovaciones…, de los fracasos, ni una sola palabra. Por si lo suyo es un caso clínico de amnesia retrógrada, servidor les va a refrescar la memoria. Eso sí, pasito a pasito, para no crear ningún trauma a nadie.
Google Wave (2009)
Wave era una plataforma de automatización que combinabas los productos Gmail de Google, Docs y Gchat. Tenías la posibilidad de enviar mensajes a tus amigos, colaborar y editar archivos, compartir fotos e incluso publicar blogs directamente desde Wave. Incluso tenía «robots» con los que podías mantener una conversación en Wave, y funcionaba de manera similar a los chatbots. Había uno para Twitter y otro que realizaba traducciones en tiempo real.
Tras el abrumador interés inicial, tenía una interfaz complicada y cargante. (¿Quién habría pensado que la consolidación de varios clientes en línea podría ser tan agotador?) Pasado el año de rigor, Google anunció que ya no lo desarrollaría como un producto independiente. Actualmente, muchos de los elementos de Wave se pueden ver en otros clientes de chat. Por ejemplo, tenía la capacidad de realizar encuestas y compartir ubicaciones a través de Maps.
Google Glass (2012)
Las Google Glass armaron un gran alboroto en I/O cuando un hombre con unas Glass saltó de un avión en paracaídas, se las entregó a un motero, que luego entregó a mano al cofundador Sergey Brin en el Moscone Center. Era un wearable montado en la cara, como unas gafas, que podía ser activado por la frase «OK Glass», y mostraba información sobre llamadas telefónicas, mapas, su correo electrónico y más.
Glass parecía futurista incluso para los estándares actuales, pero su edición inicial «Explorers» costaba la obscenidad de 1.500 dólares. Y mientras generaba una gran curiosidad, también iba aumentando la preocupación por la privacidad y la seguridad, la gente quedaba horrorizada cuando se veía con ellas en la cara. En última instancia, Google hizo una pausa en el proyecto en 2015, detuvo el programa Explorer y suspendió la producción del prototipo.
Nexus Q (2012)
El Nexus Q era un reproductor de contenidos digitales que reproducía materiales desde Google Movie, Music y Play, así como YouTube, hacia tu televisor. También fue el primer proyecto de hardware de Google desarrollado y creado internamente.
El Q tenía un aspecto sofisticado y adorable al mismo tiempo, y su diseño llamó mucho la atención. Pero, a 300 dólores, era muy caro y tenía competidores como el Apple TV y las cajas Roku que hacían más por menos. Después de un retraso en su lanzamiento, Google regaló los Q a la gente que los pidió por adelantado y dejó de vender la caja en 2013. Mucha de la tecnología de los Q acabó en el Chromecast.
Proyecto Ara (2014)
Aunque Buzz para Project Ara se desarrolló en 2013 cuando Google adquirió Motorola, aumentó cuando la compañía mostró un prototipo en I/O 2014 (aunque la demostración no funcionó correctamente en el escenario). Ara era un concepto de teléfono que permitía a los usuarios intercambiar en componentes básicos de hardware como la cámara y la batería, y era el cumplimiento del imaginativo y deseado teléfono modular.
Posteriormente, Google anunció que Ara estaría lista para desarrolladores a finales de 2016 y lista para el consumidor para 2017. La compañía también distribuyó más prototipos, diseñó un nuevo logotipo y lanzó un video promocional. Parecía como si estuviéramos siempre a semanas del Proyecto Ara llegando a su fin. Luego, en septiembre de 2016, se reveló que el esfuerzo fue puesto en suspenso indefinidamente. Google nunca explicó oficialmente por qué, y el grupo que trabajó en él, ATAP, había pasado a otros proyectos. Facebook más tarde contrató a los miembros clave de ATAP para su construcción división Building 8.
Ventajas de un fracaso
A pesar de que estos servicios y productos o bien no llegaron jamás al mercado o no provocaron un gran revuelo dentro del mercado, siempre existe la posibilidad de que veamos estas cosas reencarnadas en los esfuerzos futuros de Google. Y para crédito de la compañía, la libertad de permitir que sus proyectos fallen probablemente da a Google la amplitud para explorar e innovar. Si todos los proyectos se convierten en éxitos o no, nadie puede alabarle a Google el salir de la fatalidad y probar algo nuevo.
Y ya sabemos todos por experiencia, después de una buena cagada, el estómago queda listo para una futura buena digestión, por no hablar de lo descansado que se queda uno.