La ACB Liga Endesa tiene el honor de ser la mejor liga de baloncesto en Europa. No, absolutamente ninguna otra liga de baloncesto en el Viejo Continente tiene tanto éxito como la nuestra. Al punto de que, fuera de nuestras fronteras, hay cada vez más seguidores de otros países interesados en ver las andanzas de Juampi Vaulet, Klemen Prepelic o Nikola Mirotic, entre otros. Y, si todavía jugase Mirza Delibasic, seguramente tendría mucha más audiencia.
Y es que, aunque el bueno de Mirza Delibasic siempre intentaba alejarse de los focos, fue uno de los mejores jugadores que han pasado por los parqués de la Liga Endesa. Sin hacer ruido, pero perforando el aro rival sin piedad. Un verdadero romántico de la canasta que nos dejó el 8 de diciembre de 2001 debido a un cáncer linfático que no pudo superar. De esta manera, nos dejaba un jugador nacido en Tusla que destacaba por ser genial y letal a partes iguales. Además de comprender el deporte de sus amores como una mezcla de espectáculo y juego para los aficionados. ¿El gran secreto de Mirza Delibasic? Siempre jugaba para divertirse.
Mirza Delibasic, ¿el mejor jugador de la historia de la ACB Liga Endesa?
Para empezar, tenía una visión de juego reservada para unos pocos elegidos. Destacando su gran capacidad de dirección, que hacía que Mirza Delibasic se convirtiera en un líder imprescindible para cualquier equipo de primera categoría. Y es que su voracidad anotadora no la tenía nadie haciendo que, ya en las categorías inferiores, brillase con luz propia. Sí, se convirtió en toda una referencia para los amantes del baloncesto.
¿Lo mejor? Que, aunque evidentemente Mirza Delibasic era un portento con la pelota, demostrando unas virtudes al alcance de muy pocos elegidos, el jugador de origen bosnio construyó una leyenda alrededor de su forma de ser. ¿Su mayor exponente? Un lado humano y un compañerismo que hacían que todas las personas que tenían la suerte de conocerle disfrutasen de sus virtudes como persona.
Ya Mirza Delibasic comenzó a hacerse un nombre en su Tuzla natal. Con un talento muy especial para la práctica de los deportes, comenzó a dar sus primeros pasos en el tenis. Dato curioso: esta estrella de a Liga Endesa practicó ballet, donde llegó a confesar que le asombraba su gran agilidad. Pero, a los 15 años se enamoró del deporte de canasta, jugando en las filas del Sloboda Tuzla, el equipo de su ciudad. Y aquí sí que comenzó a brillar con luz propia. Al punto de que demostró durante tres temporadas ser una verdadera estrella. Y motivo de enfrentamientos entre el Partizçan y el Bosna de Sarajevo para ficharle. De la mano de Mirza, el Bosna se convirtió en el equipo más grande de su historia, llegando a lo más ato al conquistar la Copa de Europa en 1979.
Al año siguiente, el conjunto blanco cumplía su gran sueño: enfrentarse a la gran estrella bosnia. Sí, Mirza Delibasic aterrizaba en Madrid para participar en la competición continental. Y claro, el jugador dejó al publico español con la boca abierta al anotar nada más y nada menos que 44 puntos. En el verano de 1981, el equipo blanco anunciaba el fichaje de este escolta que marcaría un antes y un después.
Mirza Delibasic ficha por el Real Madrid: comienza la era de oro para el conjunto blanco
De esta manera, Mirza Delibasic vistió la camiseta blanca durante dos temporadas. Gracias a su participación, el Real Madrid conquista la Liga Endesa. Y sí, aunque era un gran anotador, consiguió demostrar que era un adelantado a su época, un elegido por y para el baloncesto.
Pero, en el verano de 1983, Mirza Delibasic se dio cuenta que su equipo necesitaba un pívot americano. Y por ello fue el propio jugador el que se acercó a Lolo Sainz, entrenador del Real Madrid, para decirle que dejaba su ficha libre (en esa época solo podía haber un extranjero en la plantilla). ¿No te parece suficiente fidelidad a su equipo? Nada más salir de Concha Espina, utilizó parte del dinero que había cobrado con el finiquito para hacerse socio del Real Madrid.
El siguiente equipo en el que jugó fue el Caserta, aunque no llegó a enfundarse la elástica. Más que nada porque, durante la pretemporada, Mirza Delibasic sufrió un derrame cerebral que hizo que esta estrella del baloncesto tuviera que retirarse del deporte de sus amores. Luego, vinieron sus dos retos: primero, la Guerra de los Balcanes. El jugador estaba enamorado de Sarajevo, y se negó a salir pese a los constantes bombardeos que sufría la capital bosnia. Incluso, el jugador participó con la primera selección de Bosnia. Más adelante, decidió participar en el Europeo de Alemania de 1993, donde consiguió alcanzar la octava posición como entrenador.
Por último, el equipo médico que llegaba a la gran estrella de la ACB Liga Endesa entre otros, le recomendó retirarse del mundo del deporte y cuidarse. Pero, como siempre dijo Mirza Delibasic: «He vivido dos vidas; una de día y otra de noche«. Quiso mantener los mismos hábitos hasta que nos dejó víctima de un cáncer linfático. Un jugador de época y que no debemos olvidar jamás.