Maserati: del lujo automovilístico a la surca de los mares

Nacer, desarrollarse y morir son las etapas por las que pasa cualquier persona. Las empresas también, aunque la muerte nunca se contempla. Fue en 1914 cuando Alfieri Maserati dio vida al hijo empresarial al cual ha dado su apellido. Lo ha formado, lo ha educado y lo ha convertido en alguien de bien. Todo eso sin perder una esencia con la que ha nacido y la cual lo ha llevado a lo más alto, el lujo. Ese joven ha crecido y después de pasar por diversos padres que en algún momento de su vida han decidido adoptarlo se ha convertido en todo un hombre.

Más que eso incluso, se ha convertido en todo un caballero. Como persona de bien ha continuado creciendo hasta que todos los años de formación y esfuerzo han dado sus frutos. El ojito derecho Maserati se ha convertido en un hombre de provecho y el hijo, empresarialmente hablando, con el que toda persona sueña.

Y es que no conforme con haberse hecho un nombre no ha dejado de darles alegrías a sus últimos padres, la casa Fiat. En 2015 matriculó 215 unidades en España y Portugal, un 38% más que un año antes. Continúa cosechando éxitos y 2017 está siendo su año. Según la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) en los primeros cinco meses de este año ha matriculado 132 unidades de su modelo Levante, una cifra que se ha incrementado en 100 puntos.

El crecimiento de Maserati en nuestro país ha contado con un pequeño impulsor, el aumento de millonarios. La crisis empobrece a unos mientras que hay un pequeño segmento que sale ganando. Unos ven como se reducen sus recursos, otros suman ceros a la derecha de sus cuentas bancarias. Como explica el informe sobre la Riqueza en el Mundo, publicado por Capgemini y RBC Wealth Management. España ha superado la crisis económica con 50.000 nuevos ricos. Es decir, que el número de millonarios creció un 40% entre 2008 y 2014, de forma que el grupo más exclusivo de nuestro país cuenta ahora con 178.000 miembros.

Sus ventas aumentaron un 38% en lo que va de 2017

Brilla en el mercado automovilístico, pero Maserati quiere más. Como si se tratase de una persona que no termina de formarse, ha probado suerte en otro sector. Ha dado paso al deporte. Eso sí, sin abandonar esa esencia que lo caracteriza. ¿Por cual se ha decidido? Por uno que simboliza el lujo, la vela.

Su prestigio ha facilitado su comienzo. Tener un nombre le ha abierto unas puertas que al inicio de su andadura jamás habría imaginado. Han sido sus segundos estudios, los cuales le ha costado menos aprobar. Y es que en sólo cuatro años se ha hecho un hueco en la élite de la vela de crucero española. Ha cogido impulso y, de la mano del campeón olímpico Fernando León, ha escalado hasta lo más alto. En 2016 se alzó con el título de campeón de la Copa del Rey Mapfre.

Maserati jamás había contemplado la idea de participar en un evento deportivo de tal calibre. El barco llegó a puerto tripulado por Álvaro Ilara para proponer al director comercial y de Desarrollo de Red de la firma, Enrique Lorenzana, la oportunidad de competir en la competición más importante del mediterráneo en lo que a navegación se refiere. Lo haría con los colores de la firma. Después de dar el sí, Lorenzana ha cogido el timón del barco y ha comenzado a surcar los mares.

Podrían haber sido muchas las razones para empujar a la marca a este nuevo destino en el mundo de la competición, pero hubo una con la que Lorenzana se sintió identificado. Maserati es la unión perfecta entre lo artesanal y la tecnología, al igual que ocurre con la vela. Son el hombre y el acero, que se compenetran para sacar lo mejor de sí.

Maserati podría dar un salto más y desembarcar completamente en el sector naval. Quien sabe si este nuevo reto será el comienzo de una la nueva andadura. La empresa automovilística no ha dado pistas de momento sobre sus planes futuros, pero una cosa está clara. De hacerlo será una apuesta segura que consolidará su negocio.