sábado, 23 noviembre 2024

Nadal carga contra Soria y sus antecesores

Sin pelos en la lengua y sin dudar ni un solo segundo el ministro de Energía, Álvaro Nadal, ha cargado contra sus predecesores. El hecho de que siempre pagan justos por pecadores ha cobrado pulso y ha tenido que ser Nadal el encargado de dar explicaciones. ¿Cuáles? Pues que un tercio de la cuantía que los consumidores pagan por la factura de la luz son sobrecostes cuyo origen está en las malas decisiones políticas que han adoptado los ministros anteriores.

Justos también los consumidores, que tienen que hacer frente a los 15.500 millones de euros de primas que estas malas decisiones provocaron en el sistema eléctrico.

Nadal ha cargado contra todos: Soria, Miguel Sebastián… Concretamente, contra este último Nadal ha manifestado que cuando en 2008 la energía fotovoltaica no era lo suficientemente madura el precio de un megavatio hora costaba 490 euros. Ahora, ese mismo megavatio hora cuesta 40 euros.

Y es que si se hubiese esperado o se hubiesen puesto menos fotovoltaicos por aquel entonces, la factura en primas a la que tendría que hacer frente los habitantes sería mucho menor a la actual. Pero eso no lo es todo. Esta mala decisión ha situado a España como “uno de los países del mundo que más paga en electricidad por decisiones políticas del pasado”.

Las malas decisiones políticas provocaron un sobrecoste de 10.500 millones de euros

Soria tampoco ha salido airoso. El protagonismo que cobró la energía nuclear durante el anterior mandato del Partido Popular ha contribuido a ese incremento. Fue hace dos años cuando el anterior ministro de Energía advirtió que el coste de no tener un almacén temporal centralizado de residuos nucleares provocaría un encarecimiento en el recibo de la luz de hasta 30 puntos.

Como si de un boxeador se tratase, nadie ha resultado ileso a los ganchos de Nadal. Las nucleares también han recibido el suyo. ¿Cómo? Pues afirmando que no se reducirán los impuestos que pagan las eléctricas porque, al contrario de lo que expresan, el ministro tiene sus propios cálculos y asegura que es un negocio rentable. Lo ha dicho ayer en el Foro de Economía organizado por APIE y en el cual se encontraba el presidente del Foro Nuclear, Ignacio Araluce, a quien la noticia no ha sentado nada bien. Su cara en ese momento mostraba su desacuerdo. Seguramente tampoco a Iberdrola, Endesa y Gas Natural. Precisamente Iberdrola ha sido quien ha encabezado la batalla para que el Gobierno reduzca los impuestos a las eléctricas. En su defensa ha argumentado que la elevada fiscalidad provoca que el negocio atómico ya no sea rentable y se plantea vender.

Aun así, los responsables de centrales nucleares se niegan a retirarse. El director del Foro Nuclear insiste en que “la energía nuclear no puede desaparecer” porque es la que más produce. Concretamente, el 91% de las horas que ha estado en funcionamiento en 2016 produjo al 100%.

El objetivo 20-20-20

Las empresas energéticas tienen que aplicarse y alcanzar los objetivos marcados por la Unión Europea. El más cercano es el conocido 20-20-20. Es decir, reducir 20 puntos las emisiones de Gases de Efecto Invernadero respecto a las cifras de 1990; que un 20% del consumo energético proceda de fuentes renovables; y reducir un 20% el consumo energético respecto a las cifras proyectadas. Todo esto debe conseguirse antes del año 2020.

La nota de los exámenes parciales que los países están haciendo a lo largo del curso, supervisados por la Unión Europea, es buena. España progresa adecuadamente y un 17% de la energía que produce en la actualidad ya es limpia. Respecto a los tres puntos restantes, el ministro se siente optimista y expresa que se conseguirán si se realizan los objetivos de las subastas. El resultado final estará a apenas unas décimas de la cifra pactada.

Sin embargo costará alcanzarlo. Y mucho. Este 17% de energía renovable cuesta 1.200 millones de euros anuales, una cantidad superior a otros países porque España parte con una ligera desventaja. No está interconectada y esta interconexión es necesaria para alcanzar los objetivos.

El 17% de la energía que produce España es limpia

Ahora bien, las renovables no sólo benefician al medioambiente, también a las arcas públicas. Y es que contribuyen con 1.700 millones al Producto Interior Bruto (PIB) y exportan por valor de 3.000 millones de euros anuales (cifras similares a las que alcanzan otros productos como el vino o los zapatos). Además, dan trabajo a 20.000 personas.

Destacan también por su elevado nivel productivo y los bajos costes. Tanto que si las renovables no tuviesen este nivel que tienen no se firmaría el Acuerdo de París. La apuesta por ellas es firme y así lo demuestran los datos. Más del 50% de la energía instalada en el mundo el año pasado fueron renovables.

Atrás quedaron los años de incertidumbre respecto a ella. Las subastas son cada vez menos necesarias porque, según Nadal, “la energía renovable está suficientemente madura” para no esperarlas. Aun así habrá más. De hecho la tercera ya está en marcha.

Y es que como bien ha expresado el ministro, “no hay una energía perfecta” porque todas tienen ventajas e inconvenientes. Apostar completamente por una u otra tampoco es la forma más correcta de hacerlo. La mejor solución para muchos es abogar por un mix energético. El problema es que los representantes de las distintas fuentes de energía todavía no se han sentado a negociarlo. Esto, sin duda, está terminando con su paciencia.


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