Está de actualidad 8 TV, televisión autonómica impulsada por Godó tras la salida de su accionariado de Mediaset, que no ve con buenos ojos como esta cadena ha provocado un agujero en las cuentas del editor de La Vanguardia de más de 25 millones de euros en el último lustro. Pese al drama económico Godó ha recuperado sus acciones y se pondrá de nuevo al frente de su gestión volviendo a los orígenes: Alfonso Arús volverá a ser la estrella principal tras la salida de Josep Cuní, que tras seis años como cara más representativa del canal, deja un hueco en la tarde-noche. Se barruntaba que tras este adiós Cuní volviese a TV3, cuyos magazine de mañana y tarde serán relevados a final de temporada: ‘Els Matins’ y ‘Divendres’, que finalmente serán sustituidos por dos formatos ya anunciados que producirá la propia autonómica y Mediapro, compañía de Jaume Roures.
En defensa de Cuní, pese a que acaba de recibir un premio de la Generalitat, han aparecido varias voces que no se identifican con el independentismo que impulsa el Govern. Al comunicador se le ha relacionado con TVE, tal y como ocurriese en la etapa Zapatero. Pero dos situaciones lo alejan de la Corporación Pública: la mejora de las franjas de mañana y tarde en esta temporada y las circunstancias de Cuní, que exige producir los espacios que presenta a través de Broadcaster, que factura alrededor de tres millones de euros por su espacio informativo. Este hecho supondría una sonora protesta de los sindicatos, inconveniente en estos momentos en los que en RTVE pretenden paz para renovar el Consejo con la mayor tranquilidad posible.
Josep Cuní concluye este verano su contrato con 8 TV y su futuro no está claro todavía
Xavier Vidal-Folch sale en su defensa desde las páginas de El País: «Al mando de un novedoso informativo/magacín de tarde/noche —dura tres horas, un formato inédito— en 8Tv, ha logrado desafiar la inveterada hegemonía de la radiotelevisión oficial, escorada, como nunca, al militantismo (secesionista). Empatando o aventajándola en audiencia. Arrasando en influencia. Sobre dos pilares: mucha información caliente y una tertulia plural, algo que debería ser obvio, pero lo es menos en el ecosistema catalán (y en algunos otros). Destacan en ella desde la ubicua musa indepe, Pilar Rahola, hasta el preciso notario federalista Juan José López-Burniol. Ese pluralismo le valió a Cuní el dicterio sectario: de “feudo unionista” tildaron su programa. Otros no perdonaron su pase a la privada. O no entendieron su desafío profesional, compaginar la información dura, política y económica, con los sucesos o las catástrofes sociales cotidianas. Ahora, complejas circunstancias amenazan la continuidad de la presencia televisiva de Josep Cuní, para regocijo (o premio) de antiguos conspiradores que buscan moldear el periodismo independiente desde poltronas oficiales. Desactivarlo. Desmocharlo».
El periodista señala que la salida de Cuní provocará una cojera mediática en un cuatrimestre muy caliente: «Sucede justo cuando se abre el cuatrimestre más peliagudo del procés independentista: cuando más urge la pluralidad. Se dirá que la tele en catalán es minoritaria en audiencia frente a las grandes cadenas. Pero también goza de la mayor influencia en cuanto a la cuestión catalana. Siendo más minoritarias TVE/San Cugat y la local Betevé, el riesgo al definitivo monopolio oficialista (de hecho) se avizora asfixiante». No sabemos si Cuní encontrará un hueco en el mercado televisivo, pero claro está que el periodista, que moderó sin cuotas ni tiempos durante años los debates políticos en Catalunya, podría tener varias novias si rebaja los altos de costes de producción de su espacio, ‘8 al día’, inasumibles para una cadena del tamaño de 8 TV, que deberá encontrar su camino.