La cocaína es una de las drogas que consumen más personas de las que puedes llegar a pensar. Hay gente que la toma por moda, para aguantar más el alcohol o incluso para poder trabajar más horas. El problema es que los síntomas, la adicción y el daño que le provoca a tu cuerpo, tanto la cocaína como las sustancias que le añaden al adulterarla, no merecen la pena.
Las drogas pueden hacer que una persona cambie a otra totalmente diferente y además arruina una familia entera sin que te des cuenta. Cuando la consumes, piensas que estás bien y que controlas, que llegar a ser adicto no te sucederá a ti. No obstante, la cocaína es de las drogas a las que antes se acostumbra tu organismo y de las que cada vez te pedirá más.
Tu cerebro te hace desear consumir. Si estás acostumbrado a meterte rayas mientras bebes, en el momento en el que tomes una cerveza tu cuerpo se pondrá en estado de alerta esperando su dosis. Lo más responsable es no probarla nunca y así evitas todo lo que puede acarrearte.
La cocaína contiene otros productos para cortarla y hacerla más pesada. Al venderse por gramos, cuanta menos cantidad saque de materia prima el camello, más margen de beneficio sacará sin importarle los daños.
El día siguiente de tomar cocaína tu cuerpo también reacciona y no te hará gracia cómo:
1Fatiga por cocaína
La fatiga se trata de una falta de energía y sensación de desmotivación. Esta puede estar provocada por un gran esfuerzo físico o por no dormir. Ambos elementos serán algo habitual tras el consumo de cocaína.
Cuando tomas cocaína, tu cuerpo se altera y se tensa. Haces movimientos más bruscos y estás pendiente de casi todo lo que sucede a tu alrededor. Eso crea un agotamiento físico y mental considerable del que no te estás dando cuenta.
Al día siguiente de haber tomado la droga, tu organismo estará cansado y sin ganas de moverte. Si esto sucede repetidas veces y no descansas lo suficiente puedes llegar a sufrir episodios de ansiedad, estrés o incluso trastornos mentales más graves.