Las tarjetas de crédito y los préstamos online son dos métodos utilizados para disponer de un dinero que no se tiene en la cuenta bancaria, a cambio de abonar a la entidad el importe acordado más intereses. Sin embargo, son productos que presentan diversas diferencias entre ellos y a las que hay que prestar especial atención. La tarjeta de crédito es un pequeño depósito que se tiene con una entidad financiera sin necesidad de albergar ese dinero en la cuenta y que permite realizar diversas operaciones. En cuanto al préstamo, las condiciones son diferentes, como puede verse aquí, y es lo que vamos a explicar a continuación.
Una de las principales diferencias radica en la disponibilidad del dinero. Los préstamos, por su parte, ofrecen una cantidad fija para una finalidad concreta al comienzo de la operación. Todo con la condición de que esa cantidad sea devuelta junto con los intereses pactados por adelantados, cuyas cuotas se pueden realizar de forma regular (mensual, trimestral, etc.). En cambio, con la tarjeta de crédito al cliente no se le entrega la cantidad de dinero en el momento, sino que la entidad bancaria irá ingresando el dinero poco a poco. De ese modo, solo se dispondrá de la cuantía necesaria en cada momento.
No obstante, eso no significa que haya que gastar todo el dinero ingresado en la tarjeta, sino que pueden hacerse pagos y simplemente pagar intereses por cada cantidad utilizada. Eso sí, hay que prestar especial atención pues algunas entidades bancarias cobran, además, una comisión mínima con respecto al saldo no consumido. Por ello, este método es uno de lo más demandados, por su facilidad de uso. Sin ir más lejos, en España se encuentran activas casi 80 millones de tarjetas, realizándose en los primeros meses del año alrededor de 1.015 millones de pagos con tarjetas de crédito, según datos proporcionados por el Banco de España.
En cuanto a los requisitos exigidos a la persona interesada para la obtención de la tarjeta de crédito, estos varían de forma notable a los requeridos para los préstamos online. Para conseguir la primera, la entidad a la que ha sido solicitada deberá realizar una evaluación de riesgos incluyendo las nóminas y las transacciones efectuadas. Un préstamo online no necesita de tanta investigación. Rellenando un formulario e introduciendo los documentos necesarios (DNI, ser titular de una cuenta bancaria online, ser mayor de edad) en pocos minutos se tendrá solicitado. Además, es posible solicitar préstamos estando incluido en Asnef, uno de los registros de morosos más importantes en España.
El Instituto Nacional de Estadística ha realizado un informe que confirma que alrededor de un 40% de hombres en edades comprendidas entre los 30-65 años son los más propensos a solicitar este tipo de préstamos personales. Y es que, a pesar de que los intereses de los préstamos deben comenzar a ser pagados desde el momento en el que se recibe el dinero, estos tienden a ser menos elevados que aquellos impuestos por las líneas de crédito.