Obligados a seguir chocando cada año. Ese es el futuro que le espera tanto a Red Eléctrica como a la CNMC después de concretarse los detalles más técnicos del próximo periodo regulatorio para las infraestructuras eléctricas. En concreto, la última propuesta del organismo regulador arroja menores ingresos de lo esperado de cara a 2025, debido a un cambio de ajuste en el inventario de los activos remunerados que mantiene la compañía. Una posición con la que la firma que preside el socialista Jordi Sevilla no está de acuerdo e implicará un enfrentamiento en los próximos años, alertan desde fuentes financieras.
El documento que ha presentado Competencia al Consejo de Estado, que servirá de base para los ingresos regulados del sistema eléctrico español entre 2020 y 2025, incluía algunas mejoras respecto a la propuesta inicial del pasado 5 de julio. Así, en primer lugar, se mejoraron los valores estándar de capex (gastos de capital en inversiones nuevas) y opex (gastos operativos). Asimismo, también aceptó una de las peticiones de REE al aumentar la prima para los activos totalmente amortizados, más técnicamente conocidos como O&M, del 15% al 30%. Pese a ello, dichas mejoras son insuficientes para la compañía, puesto que no sirven para que los ingresos que percibirá en 2025 sean más altos respecto del primer borrador. Además, que la propia CNMC prefiere no explicar el motivo.
Sin embargo, desde fuentes financieras explican que la razón es que desde el regulador se «está asumiendo una base de activos remunerados más baja como resultado de la transición de 2017 a 2018 como año base». El enfoque de la nueva regulación se puede entender, ya que la versión original no se ha dado a conocer, desde la óptica de una antigua pugna entre CNMC y REE acerca de que la primera considera que la base de activos que recibe remuneración desde las facturas que pagan los españoles es más pequeña de lo que la compañía informa. Entre otras razones que da Competencia estaría que algunos activos no deberían incorporarse en su opinión, que algunos deberían tener un valor regulatorio más bajo o que existen diferencias temporales.
La reducción de ingresos llevará a la firma que preside Jordi Sevilla intensifique la ofensiva frente a Competencia en los próximos años con el objetivo de aumentar esa base de activos. «Creemos que cada año REE tendrá un largo debate con la CNMC sobre la base de activos», señalan desde JPMorgan en un informe interno para inversores. Asimismo, el banco de inversión si cree que la compañía pueda imponer sus exigencias en los próximos años, una vez se haya cambiado (será en los próximos meses) la cúpula del regulador, aunque por el momento los inversores no confían demasiado en ello.
SE DESCARTAN CAMBIOS FINALES RESPECTO DE LA ÚLTIMA PROPUESTA
«La propuesta revisada de la CNMC no trae buenas noticias para REE», alertan desde el departamento de Análisis de Bankinter. Un problema importante para la compañía, puesto que no esperan ya más transformaciones en el borrador que tiene en su poder el Consejo de Estado. «No debería haber ningún cambio en la última etapa del procesa de aprobación», señalan fuentes financieras. Por lo que al final, la mejora de cara a 2025 pasa por la negociación que ambas lleven a cabo en los próximos años.
El esbozo regulatorio, que ya se parece y mucho al documento final, retrasa en un año la mayor parte del recorte, pasa a 2024 desde el 2023 inicialmente previsto. Aunque lo más importante es el daño sobre la retribución al accionista que le hará a la compañía semipública. Así, de aprobarse (como así parece) «el dividendo de REE a partir de dicho año se vería negativamente afectado. Estimamos que el dividendo por acción podría reducirse hasta el entorno de 0,70 o 0,80 €/acción frente al 1,05€/actual. La rentabilidad se situaría en el entorno del 4% a los precios actuales», señalan desde Bankinter.
Obviamente, esa situación ha impactado con fuerza en la cotización de la compañía que sigue a la baja. Incluso por debajo del valor que tenía cuando Jordi Sevilla se alzó con la presidencia de la firma. De hecho, desde que el pasado día 4 de noviembre se conocieron los términos de la nueva propuesta los títulos de REE pierden un 5%. Un desplome que se suma al que ya arrastraba el valor, también cercano al 5%, desde que se conoció la propuesta inicial en julio de este año.