Si crees que el tiempo del amor se te ha pasado porque tienes más de treinta y cinco años estás bastante equivocado. Cuando eres joven, cometes errores como dejarte guiar por el físico más que por la inteligencia o la compatibilidad. De pequeño, te enseñan que la Barbie y el Kent son la pareja que deberías buscar para que te acompañe el resto de tu vida. El problema de esto es que no tienes en cuenta que la gravedad existe y que, con veinte, no se tiene la misma figura que con cuarenta.
A medida que van pasando los años, las personas van madurando y se conocen más a sí mismas. Lo que antes te parecía un mundo ahora puede ser que te resulte una nimiedad o viceversa. Ya se te pasó el frenesí de querer comerte el mundo sin pensar. Ahora te lo comes a bocados pequeños pensando si te puede llegar a indigestar.
Lo cierto es que encontrar pareja de joven es más sencillo que cuando tienes algunas canas, pero si te paras a pensar, el camino fácil no siempre es el más indicado. Los actores y las actrices de la televisión están muy bien para verlos un rato, pero imagina por un momento convivir con ellos a diario.
Veamos cómo es posible encontrar el amor una vez que eres “madurito”.
Das y exiges
La edad no debe ser un impedimento para encontrar el amor verdadero. Puede ser que tu futura pareja se equivocase la primera vez y que no fuese el momento para que os encontraseis. El mundo está en constante movimiento y tú te mueves con él. Hay quien cree en el hilo rojo del destino que une a las personas y hace que, por mucho tiempo que pase, si están destinadas a estar juntas, vuelvan a encontrarse.
Llegas a una edad en la que sabes bien qué estás dispuesto a aguantar y qué no. También eres consciente de lo que se debe aportar a una relación si esta te interesa lo suficiente. Y lo más importante, cuando tienes casi los cuarenta, posiblemente no veas los carteles de cerca, pero a los estúpidos los ves venir de lejos.
Es más complicado que te engañen. Ojo, no imposible. La vida te puede seguir jugando malas pasadas en lo que al amor respecta, tanto si tienes dieciocho como cuarenta y ocho. Nadie está libre de personas malintencionadas que intentan aprovecharse de un corazón solitario que necesita amor.
Sumas en vez de restar
La edad suele ser sabia, ya sea por golpes en el camino o por antigüedad, que siempre es un grado. A cierta edad no buscas cosas imposibles. Tan solo quieres una pareja que te acompañe cada día con una sonrisa en la cara sin que los celos o las discusiones de la adolescencia tiña de negro tus días.
De “mayor” no buscas nada, tan solo te balanceas con las sacudidas que te va dando la vida y en algún momento es posible que te topes con alguien que las quiera dar contigo. Estás más centrado, pero al igual que tú, el futuro amor de tu vida también lo estará. Es el mejor momento para viajar, para hacer planes, para compartir momentos, para ir despacio.
Cuando una pareja se conoce con una edad ya considerable, los juegos tontos y las mentiras se quedan al margen. Ya se debe tener un raciocinio en condiciones como para que los juegos y engaños no formen parte de tu vida. Es más sencillo encontrar al amor de tu vida cuando es una persona madura porque los complejos del pasado se van quedando ahí.
El sexo es mejor
Los tabúes y las reticencias que se puedan tener en la juventud con respecto al sexo se han ido esfumando a medida que van pasando los años. Cuando el amor de tu vida llama a tu puerta al tener más de treinta y cinco, la pasión es mayor.
Tienes libertad para poder decir con tranquilidad qué te gusta, qué no y qué deseas hacer. Tener el amor de tu vida en la cama y canas no es incompatible, más bien al contrario. La practica hace al maestro y con más de treinta y cinco no creo que seas virgen todavía. Conocer bien la sexualidad de cada uno hace que, cuando te arriesgues a tener relaciones, estas sean más intensas, deseadas y gratificantes. El amor desinteresado, libre y sincero traducido a la cama es una «vida» de pasión continua.
Los orgasmos de adulto y la forma en las que se tiene sexo no son comparables a las de cuando tan solo llevas unos años metido en “faena”.
Reeditarse
Seguramente no te hayas parado a pensarlo, pero cuando tienes casi los cuarenta puedes continuar reeditándote. No tienes que aferrarte a un pasado en el que tus experiencias no han sido buenas. No debes culpar a una nueva posibilidad de encontrar el amor de tu vida por cosas que han hecho otras personas. Que una rosa te haya pinchado no significa que lo vaya a hacer el rosal entero.
Una vez que tengas claro que cada día que comienza es una nueva página en blanco, también verás que las posibilidades de encontrar al amor de tu vida son infinitas. Lo mejor es que se trata de alguien nuevo a quien conocer y el que tiene que conocerte. Los errores del pasado te pueden servir como lastre o como lección, eres tú el único que decide cómo utilizarlos.
Encontrar al amor de tu vida
Encontrar el amor de tu vida cuando estás divorciado, eres viudo o te has quedado soltero por distintos motivos es más sencillo y además suele ser más meditado. Te mueves en los círculos que realmente te atraen y no por ir en masa en modo borrego por moda, como cuando eres joven.
No tienes trabas, los hijos ya tienen una edad considerable y tienes más tiempo para ti mismo. Si tienes alguna afición practícala y conoce a otras personas que también lo hagan, Nadie descarta que el amor de tu vida esté aguardando a que llegues para que podáis compartir aficiones.
Tienes que pensar que, para encontrar pareja, independientemente de la edad que tengas, el cincuenta por ciento ya lo tienes, tan solo es necesario que la otra mitad abra los ojos y te mire.